Protestas. Algunos opositores sirios, ayer - Reuters

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La oposición siria en el exilio pidió ayer al presidente sirio, Bashar al Assad, que dimita inmediatamente y entregue el poder al vicepresidente, Faruk al Shara, hasta que se forme un consejo para transformar el país en una democracia.

Así lo manifestaron los alrededor de 300 delegados que han asistido esta semana a una reunión en Antalya, en Turquía, en sus conclusiones finales, en las que han manifestado su apoyo a "las demandas del pueblo sirio de derribar al régimen y apoyar la revolución del pueblo por la libertad y la dignidad".

El comunicado redactado por los asistentes, entre los que había grupos opositores, activistas y figuras independientes, algunas llegadas desde Siria, rechaza cualquier intervención extranjera para derrocar a Al Assad y defiende que la revuelta en Siria es un movimiento nacional "que no busca minar a ninguna secta", en referencia a la minoría alauí del país, de la que forma parte el presidente y gran parte de la jerarquía gobernante así como del aparato de seguridad.

La conferencia, la primera desde que comenzaron las protestas contra Al Assad el pasado 18 de marzo, eligió un consejo consultivo de 31 miembros para apoyar las manifestaciones y ayudar a aumentar la presión internacional sobre el presidente.
"Esta es la primera vez que la oposición se ha reunido a esta escala. El mensaje es claro: los sirios están unidos para lograr el objetivo nacional de un cambio democrático pacífico", destacó Najib Ghadbian, un profesor de ciencias políticas que ha sido elegido

miembro del consejo.
Enfrentamientos

Al menos quince personas murieron ayer en bombardeos del Ejército sirio contra la ciudad de Roston, al norte de Damasco, según denunció la organización Comités Locales de Coordinación en su página web de Facebook.

Estos Comités, que recopilan la información sobre las manifestaciones y la actuación policial, explicaron que el Ejército sirio empleó tanques y aeronaves en sus ataques que afectaron a las mezquitas de Abu Baker y Abdul Rahman y la principal panificadora de la ciudad, situada cerca de Homs.

Este grupo, que pudo identificar a algunos muertos, denunció, además, que se prohíbe la entrada a Roston de ayuda como son alimentos y medicamentos, entre otros.

Asimismo, afirmó que algunas casas fueron bombardeadas y que familias enteras han muerto.

Otras mezquitas de la localidad también fueron blanco de los ataques, dijo el grupo, que agregó que no es posible rescatar a los heridos debido a la continuación de los bombardeos.

En la ciudad costera de Banias, varios ciudadanos fueron detenidos ayer después de que fueran convocados por los servicios de la Seguridad del Estado, según denunciaron los Comités Locales de Coordinación.

Según el recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un total de 981 civiles y 176 miembros del Ejército y de las fuerzas de seguridad sirias han perdido la vida desde que estallaron las protestas contra Al Assad, el pasado 15 de marzo.