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La Unión Europea rechazó ayer de pleno el discurso del presidente sirio, Bachar al Asad, y abogó por el endurecimiento de las sanciones contra su régimen y una pronta condena de la violencia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.

Al término de una reunión de los titulares de Exteriores de la UE, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, calificó de "decepcionante" la alocución de Al Asad y le instó a iniciar un "diálogo creíble", aunque dijo que "corresponde al pueblo de Siria juzgar su voluntad de emprender reformas".

El presidente sirio insistió ayer en su alocución en la necesidad de impulsar un diálogo nacional para poner fin a la crisis en Siria, que es, aseguró, objetivo de una "conspiración internacional".

Mucho más duros en su valoración del discurso fueron los ministros de Exteriores del Reino Unido, Francia y Alemania.

El titular británico de Exteriores, William Hague, ya había lanzado una advertencia a Al Asad antes de que éste pronunciara su discurso, al afirmar que o acomete reformas o abandona el poder.

Hague dijo que el régimen de Al Asad "está perdiendo legitimidad" y que él espera que Turquía ejerza su influencia para transmitir al mandatario sirio que "debe reformar o renunciar".

Su homólogo francés, Alain Juppé, consideró después del discurso que el presidente sirio "ha llegado a un punto de no retorno", mientras que el ministro alemán, Guido Westerwelle, afirmó que Al Asad es "incorregible".

Por ello, la UE aseguró ayer en su declaración final que está preparando "activamente" nuevas sanciones contra el régimen sirio, con el fin de lograr "sin demora un cambio fundamental de las políticas" de represión hacia los civiles.

"Hasta que no se haya puesto fin a la violencia inaceptable contra la población civil y haya progresos decisivos para cumplir las aspiraciones legítimas del pueblo sirio, la UE mantendrá su actual política", subraya el texto de conclusiones.

Según fuentes diplomáticas, esas nuevas sanciones serían aprobadas durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebrará en Bruselas los próximos jueves y viernes.

La UE aseguró también que continuará con sus esfuerzos para asegurarse de que el Consejo de Seguridad de la ONU asuma su responsabilidad y condene la violencia en Siria, además de urgir al régimen a atender las legítimas aspiraciones de los sirios.
Francia y Reino Unido, respaldados por los miembros temporales del Consejo, Alemania y Portugal, y contando con el apoyo de EEUU, presentaron al Consejo un texto de condena, pero se han encontrado con el rechazo de Rusia y China, miembros con derecho a veto, y también de otros miembros temporales como Brasil, Sudáfrica e India, que son reticentes a involucrarse en un nuevo conflicto tras Libia.

Muchos ministros comunitarios abogaron ayer por nuevas sanciones y consideraron un "imperativo" que el Consejo de Seguridad actúe, porque su silencio "puede ser visto como una tolerancia indirecta de lo que está ocurriendo en Siria", algo "inaceptable".