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El Banco Santander cree que la inflación es un problema "relativo" porque afecta negativamente a la competitividad exterior y, al mismo tiempo, alivia "un poco" el pago de los intereses de la deuda y mejora la recaudación y, por tanto, la situación de las cuentas públicas.

En su último boletín económico, la entidad presidida por Emilio Botín aventura que el IPC cerrará el próximo mes (junio) en el 3,5 por ciento y que la inflación media se moderará al 3,1 por ciento al cierre del año. En 2012, esta tasa bajará al 2 por ciento.
El Banco Santander explica que la relatividad de este problema reside en que una inflación alta afecta a la competitividad del país, sobre todo al sector turístico, ya que los turistas sufren los precios interiores igual que los residentes, perdiendo parte de su capacidad de compra con un nivel alto de precios.

Sin embargo, un elevado nivel de precios también puede ser ligeramente positivo, ya que alivia "un poco" la factura que suponen los "importantes" pagos de intereses de la deuda que tiene que realizar la administración pública a lo largo de 2011 y 2012.

De la misma forma, algo más de inflación ayuda a la recaudación fiscal, incidiendo así en la mejora de las cuentas públicas en un momento en el que España tiene que reducir el déficit para cumplir con las exigencias de Bruselas.

"Son las dos caras de una misma moneda", señala el Banco Santander, quien cree que las recientes bajadas del precio del tabaco podrían compensar la ligera subida intermensual del precio del petróleo en junio.

Este factor podría provocar que la tasa interanual de inflación se mantenga en el 3,5 por ciento en el sexto mes del año, después de haber cerrado mayo en ese mismo nivel gracias a la bajada de los carburantes y lubricantes y del viaje organizado.

La entidad bancaria recuerda que la inflación interanual viene registrando desde septiembre una ininterrumpida aceleración que se detuvo el mes pasado por la moderación del precio del petróleo y de los servicios.