Otegi. El exportavoz de Batasuna reconoció que en el pasado justificó la lucha armada - Reuters

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El exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi trató ayer de convencer al tribunal de la Audiencia Nacional que le juzga de que la nueva estrategia de la izquierda abertzale que él apadrinó se adoptó con la oposición de ETA y de que ese proyecto "necesita" que la violencia desaparezca "irreversiblemente".

"No nos lo vamos a jugar a que haya una bomba mañana o dos pasado (...) Eso nos revienta el diseño de arriba abajo y revienta nuestra credibilidad durante varias generaciones", manifestó Otegi, que en otro momento dijo: "Si me permiten la frivolidad, esto es como dejar el tabaco. Se puede dejar poco a poco o de forma radical, pero dejarlo poco a poco provoca recaídas más frecuentemente".

Otegi y otros siete acusados se enfrentan a penas de entre diez y catorce años de prisión por integrar presuntamente una "comisión permanente" -Bateragune- que según la Fiscalía debía, por encargo de ETA y siguiendo sus instrucciones, trabajar por la acumulación de fuerzas en un "polo soberanista" subordinado "a los fines y métodos" de la banda terrorista.
Los procesados, sin embargo, negaron esta acusación y aseguraron que formaban un grupo "de debate y reflexión" -el "grupo de Otegi", lo llamó irónicamente el exportavoz de Batasuna- que tras la "conmoción" que causó el atentado contra la T-4 de Barajas decidió "abrir el melón" del debate sobre la necesidad de abandonar el uso de la violencia en el seno de la izquierda abertzale.

"Nuestra postura es diametralmente opuesta a la de ETA. ETA piensa que la acumulación de fuerzas es posible manteniendo la lucha armada y nosotros no", dijo Otegi, el único de los acusados que ayer aceptó responder a las preguntas del fiscal, cosa que solo había hecho anteriormente cuando fue juzgado por participar en un homenaje a la etarra Olaia Castresana.

"No es posible una acumulación de fuerzas suficientes para alcanzar nuestros objetivos si se mantiene la lucha armada. No porque sea un capricho nuestro, sino porque las fuerzas sociales y políticas que tienen que sumarse (al proyecto) dicen que no", afirmó. Por eso, añadió, no valen estrategias "de treguas parciales", ya que una vuelta a la violencia "quemaría" el proyecto y supondría "un suicidio político".

"¿Alguien se imagina que nosotros construyéramos ese bloque en las elecciones autonómicas y ETA plantee una tregua durante la campaña electoral? Supongamos que sucede y tenemos buenos resultados y al día siguiente ETA da por terminada su tregua: Nosotros nos suicidamos, la gente se sentiría absolutamente frustrada ¿Cómo le metemos a nuestro pueblo en semejante embarcada?", dijo Otegi.

El dirigente abertzale apeló en ese momento a su "honestidad revolucionaria" para defender la sinceridad de su proyecto y asegurar que el único objetivo que le guió a él y al resto de los acusados fue el de romper con la estrategia que combinaba la lucha armada con la lucha política para adoptar otra que usara vías exclusivamente pacíficas y democráticas. "Si eso es delito, yo soy culpable y nosotros somos culpables. Si eso no es delito, soy inocente y los demás también", dijo.

Otegi no tuvo más remedio que admitir, no obstante, que en el pasado justificó y le pareció "entendible" la lucha armada, pero dijo que el atentado contra la T-4 fue el "punto de inflexión" a partir del cual entendió que ya no era posible "contextualizar" la violencia en la existencia de un conflicto. "La utilización de la violencia, lejos de solucionar los problemas, los enquista y los hace todavía más difíciles", insistió.

Ahora, añadió, es la izquierda abertzale la que apuesta decididamente por el fin de la violencia frente a la postura del Estado y de otras fuerzas políticas.