EStupor. Stoltenberg, en el lugar de la explosión del 22-J - Reuters

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El autor confeso del doble atentado de Noruega, Anders Behring Breivik, ha exigido la dimisión del gobierno de Jens Stoltenberg a cambio de una declaración íntegra sobre sus ataques, informó ayer la televisión noruega NRK.

El fundamentalista cristiano y ultraderechista, en cuyo doble atentado del 22 de julio murieron 77 personas, declaró el pasado viernes ante la policía durante unas diez horas.

Se espera que esta semana sea examinado por dos psiquiatras forenses, que deberán elaborar un dictamen sobre su estado mental hasta noviembre.

Según informó ayer el diario noruego "Aftenposten", su primer atentado con coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo se vio retrasado por un atasco.
Esto hizo que el artefacto de 500 kilos estallase cuando ya había terminado el horario laboral de ese viernes, lo que probablemente evitó una matanza mayor en la capital.

Asimismo se retrasó su llegada al campamento de las juventudes socialdemócratas en la isla de Utøya, aproximadamente una hora y media después, cuando muchos asistentes al tradicional encuentro político ya se habían ido, entre ellos la ex primera ministra Gro Harlem Brundtland.

Medios noruegos informaban el sábado de que Breivik planeó otros ataques con bomba contra el Palacio Real de Oslo y la sede del partido socialdemócrata de Stoltenberg, pero los desestimó por ser inviables. Breivik pretendía con ello atacar, por partida doble, la residencia oficial de la Casa Real, así como el partido socialdemócrata.

Su abogado, Geir Lippestad, había declarado anteriormente, que su defendido había pretendido perpetrar otros ataques, pero que finalmente las cosas "no salieron como pensó".

Los servicios secretos noruegos, PST, informaron el viernes de que no creen que haya aumentado el peligro de un ataque terrorista por parte de la ultraderecha tras el doble atentado de Breivik.
alerta

El nivel de peligro se mantiene en la misma escala que antes de esos ataques, según fuentes del espionaje noruego, que parten de la base de que Breivik planeó y perpetró solo tanto su atentado con coche bomba en Oslo como el posterior tiroteo en la isla.

El peligro de "imitadores" no está descartado, pero la ciudadanía defiende su sociedad abierta, de acuerdo con el mensaje de Stoltenberg.

"No somos un país de cinco millones de ingenuos. Defendemos nuestro sistema por mucho que éste haya generado un monstruo", comentaba Till Donaldsen, de las juventudes socialdemócratas (AUF), ante la catedral, epicentro de los homenajes a las víctimas.
actos

Stoltenberg, como el príncipe heredero Haakon, acuden a múltiples actos por las víctimas sin apenas protección policial, recuerda el militante. La plana mayor de la política noruega estará hoy en el acto de Estado del Parlamento, abierto al ciudadano de a pie.

Mientras, las terrazas de los restaurantes y cafeterías están a rebosar, tanto en el centro mismo de Oslo como en los muelles de los que parten las excursiones a los fiordos. "El verano noruego es muy corto y lo que diga un monstruo en su celda no nos cambiará", dice contundente Donaldsen.