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La práctica totalidad de los musulmanes que viven en España comenzó ayer de madrugada el mes del ramadán, un tiempo de purificación caracterizado principalmente por el ayuno total de alimento y bebida en las horas diurnas.

El mes del Ramadán comienza con la novena luna nueva del año y concluye 30 días más tarde con una de las fiestas más grandes del calendario islámico, el "Aíd al-Fitr".

"La tradición marcaba que hay que ver la luna para comenzar el ayuno, pero la inmensa mayoría del mundo islámico ha acordado considerar que la visión de la luna en cualquier punto del mundo vale", ha explicado a EFE el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas, Riay Tatari.

No obstante, Tatari ha apuntado que tanto Marruecos como una comunidad islámica de Granada han decidido mantener la tradición de la "visión ocular" de la luna, por lo que han retrasado a hoy el comienzo del ayuno, ya que anoche las condiciones meteorológicas impidieron ver al satélite.

Según Tatari, que también es secretario general de la Comisión Islamista española, en España viven en torno a un millón y medio de musulmanes de 30 nacionalidades distintas y que están organizados en más de mil comunidades por todo el territorio.

A partir de ayer y hasta el próximo 30 de agosto, el "95 o 96 por ciento de ellos" -según Tatari- cumplirá con el precepto de no tomar alimento o bebida, no fumar y no mantener relaciones sexuales.

En principio, están obligados todos los adultos desde la pubertad, existen excepciones.

Así, los ancianos y enfermos crónicos para quienes el ayuno pueda suponer un peligro no tienen por qué cumplirlo; a cambio, practican el "kassarah", que implica dar de comer a una persona necesitada, una costumbre que se salda con una ayuda de unos "ocho o nueve euros diarios". Tampoco las mujeres embarazadas están obligadas.