Prevención. Un equipo de seguridad mide la radiación en el exterior de la central - Reuters

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Una persona murió y otras cuatro resultaron heridas ayer en la explosión en una fábrica de tratamiento de desechos nucleares en el sureste de Francia, suceso que ha motivado la apertura de una investigación para esclarecer las causas y evaluar su eventual impacto.

El accidente ocurrió en un horno de fusión de metales de Centraco, perteneciente a Socodei, filial de la eléctrica francesa EDF y, según informó la Autoridad gala de Seguridad Nuclear (ASN), no produjo ninguna fuga radiactiva.

Esa instalación, situada a orillas del Ródano y a las afueras de la localidad meridional de Marcoule, no es una fábrica de producción sino de tratamiento de residuos de baja o muy baja radiactividad, sea mediante la fusión de los desechos o a través de su incineración.
De los cuatro heridos, uno de ellos está grave, y según precisó el Ministerio francés del Interior no fue necesario proceder a ninguna medida de confinamiento o evacuación del personal.

El incendio se inició poco antes del mediodía y hacia las 13:00 hora local ya había sido controlado con la ayuda de los equipos del Comisariado de la Energía Atómica de Francia (CEA), situado en las cercanías de ese centro, y de los servicios locales de socorro e incendios.

El propio Socodei subrayó ayer que el local en el que se encontraba el horno afectado está "íntegro", destacó que los dos hornos con los que cuenta han sido parados, y aseguró que las pruebas efectuadas no revelaron la existencia de una fuga radiactiva.

La ASN confirmó ese diagnóstico a media tarde, recalcando que no son necesarias acciones para proteger a la población, por lo que daba por cerrado su gabinete de crisis.
"Es un drama humano", declaró el ministro de Industria francés, Éric Besson, al referirse a la víctima mortal y a los cuatro heridos, a la vez que puntualizó que se trata de "un accidente industrial" y no un accidente nuclear, rechazando con ello el alarmismo inicial tras la explosión.