Experimento. Lucia Votano, directora del laboratorio italiano Gran Sasso, junto al detector OPERA - Reuters

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El mundo de la física fue sacudido ayer por los resultados de un experimento del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) con unas partículas que pueden haber alcanzado una velocidad superior a la luz, posibilidad recibida con una mezcla de escepticismo y entusiasmo en la comunidad científica.

El experimento bautizado como "OPERA" y ejecutado por el CERN y el laboratorio italiano de Gran Sasso dio como resultado que los neutrinos viajan más rápido que la luz, a la que se atribuye el límite de la velocidad cósmica.

Este resultado sorprendió tanto a los científicos que participaron en el experimento que fue repetido durante seis meses hasta que se decidió hacerlo público en una conferencia científica celebrada en la sede del CERN, situado en la frontera entre Suiza y Francia.

Sin embargo, sus autores han optado por la humildad y la prudencia y han concluido que "a pesar de la trascendencia de esta medida y de la estabilidad del análisis, su gran impacto potencial motiva que nuestros estudios prosigan para investigar posibles efectos sistemáticos desconocidos que puedan explicar la anomalía observada".

La "anomalía" se refiere a que se pueda haber superado la velocidad de la luz, que según la teoría de la relatividad planteada en 1905 por Albert Einstein no podía ser rebasada y que, a la vez, es el anclaje central de los postulados de la física moderna.

Por esa razón y de manera deliberada, los responsables de OPERA no han intentado aportar "una interpretación teórica o fenomenológica de estos resultados".

Las mediciones se apoyaron en una larga acumulación de estadísticas en OPERA y en la observación del comportamiento de 16.000 "eventos con neutrinos", de los que se extrajo la conclusión de que estas partículas subatómicas, que prácticamente carecen de masa, habían viajado 60 nanosegundos más rápido que la luz.

La presentación de estos resultados estuvo a cargo del responsable del análisis de las medida y miembro del Instituto de Física de Lyon (Francia), Dario Auterio, quien explicó que el margen de error establecido fue de 10 nanosegundos.

Durante su exposición defendió la solidez de todos los parámetros y la tecnologías utilizadas, que tuvieron en cuenta incluso la rotación de la tierra para asegurarse de que no había tergiversación en la distancia.

Al ser la velocidad la distancia dividida por el tiempo, la exactitud entre los dos puntos entre los que viajaron los neutrinos era un factor fundamental en el experimento.