Soldados de Estados Unidos efectúan reconocimientos biométricos a campesinos afganos - Reuters

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El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha cuestionado el diálogo con los talibanes y propone en su lugar negociar con Pakistán, el país donde se cree que está el mando insurgente, en un momento de tensión e incertidumbre regional.

"No sabemos dónde está el Consejo talibán. ¿Dónde está? Alguien viene en su nombre y mata, y ellos ni lo confirman, ni lo niegan. No podemos hablar con nadie más que con Pakistán", afirmó Karzai, en unas declaraciones televisadas ayer por el canal afgano Tolo Tv.

Karzai ha aprovechado esta semana para consultar con los principales dirigentes políticos y religiosos afganos qué camino seguir tras el asesinato, a manos de un supuesto talibán, del encargado de negociar la paz con ellos, el expresidente Burhanudín Rabbani.

Rabbani, jefe del Consejo de Paz afgano, fue asesinado el 20 de septiembre por un terrorista suicida que se presentó ante él con el pretexto de que llevaba un mensaje "positivo para la paz" proveniente del Consejo de Quetta, el órgano de dirección de los insurgentes.

Su muerte levantó inmediatamente voces contra el proceso de diálogo contra los insurgentes, y este miércoles Karzai convocó a los principales políticos del país para analizar el proceso de paz y la relación estratégica entre su país y Estados Unidos.

"La muerte de Rabbani demuestra que los talibanes no tienen autoridad para decidir de manera independiente. Así que la cuestión es, ¿con quién hay que negociar la paz?", dijeron a Karzai varios de los reunidos, de acuerdo con un comunicado presidencial.

"Si los talibanes están siendo usados por los servicios secretos de Pakistán (ISI), entonces Afganistán debe considerar a Pakistán como parte de la negociación", afirmaron asistentes de identidades no precisadas en el comunicado.

Karzai era el principal valedor del proceso de diálogo con los insurgentes, iniciado el año pasado, y que debía correr en paralelo a la retirada de las tropas internacionales desplegadas en el país, un proceso de conclusión prevista en 2014.

El viernes, sin embargo, el presidente afgano aprovechó una reunión con el Consejo de Ulemas de Afganistán para ratificarse en la idea de que para alcanzar la paz el Gobierno afgano debe sobre todo centrarse en las conversaciones con Pakistán.

"La única solución, y también lo que demandan los afganos, es que mantengamos conversaciones con Pakistán, porque todos los refugios y bases de nuestros oponentes están en ese país", mantuvo Karzai, de acuerdo con un comunicado emitido por su oficina.

Las autoridades afganas y una buena parte de la comunidad internacional de analistas consideran que la 'shura' de Quetta, y su líder máximo, el mulá Omar, están en algún punto no lejano de esta ciudad paquistaní próxima a la frontera con Afganistán.

Ayer mismo, las autoridades afganas dijeron haber proporcionado a Pakistán pruebas de que el asesinato de Rabbani fue planeado en Quetta durante meses por los talibanes.

Pakistán, de hecho, ha sufrido en las últimas semanas nuevas acusaciones provenientes de Estados Unidos respecto al supuesto papel de apoyo que su agencia de espionaje da a la red terrorista Haqqani, en lucha contra las tropas internacionales en Afganistán.

Las autoridades paquistaníes han negado esas acusaciones y han vuelto a esgrimir que cualquier solución negociada en el tablero afgano deberá tener en cuenta la posición de Pakistán, interesado en que la India, rival tradicional, pierda influencia en la zona.

La frontera entre Afganistán y Pakistán, conocida como Línea Durand, parte en dos a numerosas tribus pastunes, la etnia de la que proceden los talibanes, y recorre un territorio áspero e inhóspito en el que se refugian miles de insurgentes.

Desde sus bases en las áreas tribales de Pakistán, grupos insurgentes han planeado ataques y acciones en Afganistán.