Papa. Insiste en que Dios es "amor y paz" - Reuters

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Benedicto XVI se reunió ayer con los líderes de las religiones del mundo ante los que reconoció "con vergüenza" la violencia causada por los cristianos en la historia y aseguró que el terrorismo y la adoración del poder y las drogas son los "nuevos rostros" de la violencia en el mundo.

25 años después del histórico encuentro interreligioso convocado por Juan Pablo II en Asís, centro de Italia, Benedicto XVI se reunió ayer en esa misma localidad, donde nació san Francisco, en una Jornada de Plegarias por la paz y la justicia en el mundo.
Ante representantes cristianos, judíos, musulmanes, de religiones tradicionales de América y África, así como del budismo, confucionismo, jainismo, sij, taoísmo, zoroastro y bahai y varios agnósticos, Benedicto XVI hizo un llamamiento en favor de la paz y aseguró que la Iglesia Católica no cejará en la lucha contra la violencia y en su compromiso por la paz en el mundo.

Repasó lo ocurrido durante estos 25 años y destacó la caída del Muro de Berlín, pero señaló que "desgraciadamente" no se puede decir que la situación en estos años se haya caracterizado por la libertad y la paz, ya que aunque no hay guerras mundiales el mundo está lleno de discordia.

El Obispo de Roma identificó como los "nuevos rostros de la violencia y la discordia" el terrorismo y denunció que muchas veces se utiliza por motivos religiosos.

"Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del 'bien' pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia", dijo.

Agregó que el que la religión motive de hecho la violencia es algo que debe preocupar "profundamente" a los líderes religiosos e hizo un "mea culpa" sobre los daños causados por los cristianos a través de los siglos.

"Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza", afirmó el Papa.