Ayuda. La mayoría de los mayores admite que disfruta haciendo de ‘canguro’ de los niños de la familia - Archivo

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Los abuelos españoles son los que más cuidan de sus nietos de Europa, siete de cada diez participan en esta labor, y aunque en general tienen ingresos bajos, durante la crisis están siendo para muchos hogares en apuros la tabla de salvación de estas familias.
Al menos el 20 por ciento de las personas mayores está ayudando a sus hijos económicamente con sus ingresos, que proceden principalmente de las pensiones, en el 90 por ciento de los casos, según la última Encuesta a Personas Mayores del IMSERSO. "En muchas hogares son las pensiones de los mayores o los ingresos que perciben por dependencia, los que están manteniendo a familias con problemas de ingresos", explica a Efe el experto en envejecimiento del CSIC (el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), quien destaca esta decisiva aportación, fruto de la peculiar solidaridad familiar española.

La crisis ha unido "por necesidad" a muchas familias, lo que beneficia a los más jóvenes, que reciben sus cuidados y consejos, pero también a los mayores, que confiesan su deseo de mantener relaciones familiares intensas, de las que disfrutan el 89 por ciento, reconocen en esta encuesta.

Siete de cada diez mayores tienen contacto diario con sus hijos y un 37 por ciento con sus nietos; en los hogares con menores, el 70 por ciento de los abuelos dicen haber cuidado de sus nietos.

"El cuidado de los nietos por parte de los abuelos en España es el más alto de la UE", explica el experto en envejecimiento, quien lo atribuye a la riqueza de red familiar y social en España, que genera mayores vínculos entre generaciones de la misma familia.
La implicación de los mayores "es una riqueza en época de crisis, tiene doble valor", porque aportan "cuidados, consejos y ayuda económica y se está produciendo un flujo de intercambios intergeneracionales muy importantes". Las previsiones para 2019 son que el 29,8 por ciento de la población española tendrá más de 64 años, superando en cinco puntos porcentuales a la población de menores de 16 años; la situación será más compleja unos años después cuando los nacidos en los años 60 (la generación del baby boom) lleguen a la edad de la jubilación.

Varias generaciones deben estar preparadas para entenderse y colaborar, sugiere la Comisión Europea, que intenta abonar el terreno con la conmemoración del Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional. Además, anima a los trabajadores de más edad a que se mantengan profesionalmente activos, adaptando los Gobiernos las condiciones laborales a su estado de salud. Sin embargo, los ciudadanos europeos no son partidarios de retrasar la edad legal de jubilación, según el Eurobarómetro publicado esta semana. El 71 por ciento de los españoles consultados se ha mostrado en desacuerdo con un aumento de la edad de jubilación durante las dos próximas décadas, once puntos más que la media europea. Aunque gran parte de los mayores muestra su intención de iniciar nuevas actividades después de los 65 años.