Herida. Un médico muestra una bala extraída de la mano de una niña herida en Homs - Reuters

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La matanza de decenas de mujeres y niños en Homs y el anuncio ayer de los rebeldes de que han asesinado a 250 miembros de las fuerzas del régimen evidencian que los últimos esfuerzos mediadores no han conseguido detener la espiral de violencia en Siria.
Mientras los máximos responsables de la diplomacia internacional debatían en el Consejo de Seguridad de la ONU la situación en Siria, se sucedieron en el país las acusaciones cruzadas sobre la autoría de la masacre de Homs, respondida por la oposición con llamamientos a una intervención militar urgente.

La matanza en la devastada ciudad, uno de los principales feudos opositores, fue perpetrada el domingo por la noche, horas después de la reunión mantenida por el enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, con el presidente sirio, Bachar al Asad, en Damasco.

Los activistas culparon a las fuerzas del régimen de la masacre, mientras que las autoridades sirias responsabilizaron a "grupos terroristas", a los que acusan de estar detrás de la violencia en el país desde el inicio de la revuelta hace casi un año.
Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron de que un total de 45 cadáveres fueron hallados en el barrio de Karam el Zaitun y la Comisión General para la Revolución precisó que algunas de las víctimas fueron quemadas vivas y a otras se les rompió el cuello u otras partes del cuerpo.

Con ellos, se eleva a más de 150 la cifra de civiles muertos registrados en todo el país en las últimas 24 horas. Solo en la jornada de hoy, los CCL denunciaron la muerte de 44 personas, la mayoría en Homs y en Idleb (norte), blanco de una ofensiva militar desde hace dos días.

Por su parte, las autoridades sirias, a través de la agencia oficial de noticias Sana, aseguraron que "grupos terroristas" secuestraron a familias en algunos barrios de la ciudad de Homs, las asesinaron, y maltrataron a los cadáveres para después difundir las imágenes y utilizarlas para granjearse el apoyo de la comunidad internacional