Wen Jiabao. Combinación de imágenes del primer ministro chino hablando a los periodistas - Reuters

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El primer ministro chino, Wen Jiabao, instó ayer a efectuar una reforma política en el Partido Comunista de China (PCCh), en el poder desde 1949, para evitar que problemas sociales surgidos en tres décadas de crecimiento económico repitan el caos y violencia de la Revolución Cultural (1966-1976).

"La necesidad de reforma ha llegado a un punto crítico", dijo Wen en la rueda posterior a la clausura de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo) e insistió en que existe el riesgo de que China pueda "perder los resultados de la apertura de las pasadas tres décadas sin la puesta en práctica de políticas reformistas".

Conocido defensor de la reforma en el seno del liderazgo comunista, Wen manifestó en la que posiblemente será su última conferencia de prensa en Pekín como jefe del Ejecutivo que "es importante hacer la reforma rápidamente para mejorar la gobernabilidad del país".

Según el primer ministro, cuyo informe sobre la labor del gobierno aprobó hoy el 94,8 por ciento de 2.872 delegados, "este 2012 puede ser el año más difícil, pero también el más prometedor" y "queda mucho trabajo por hacer y también hay mucho espacio para la mejora".

Wen, junto al presidente, Hu Jintao, dejarán en octubre su puesto en la cúpula del PCCh, y en la del Gobierno en marzo de 2013, por lo que el primer ministro también aprovechó su comparecencia para hacer balance de sus dos mandatos de 5 años al frente del Ejecutivo.

"Creo que en el desempeño de mi función y en 45 años al servicio del país no cometí muchos errores, al menos intencionados, pero asumo la responsabilidad de los cometidos en economía y en desigualdad social, aunque la Historia tendrá la última palabra", dijo al repasar su gestión.

En tono de despedida, mostró confianza en que "la próxima generación lo haga mejor que yo", pero también preocupación por una eventual nueva "tragedia histórica" que, como la iniciada por Mao Zedong en los años 60 para purgar "elementos capitalistas" y que paralizó el país, suma a China en la violencia y el caos.

"Tras caer la Banda de los Cuatro (la mujer de Mao y sus seguidores), el PCCh decidió seguir adelante con la reforma y apertura de China", manifestó, "pero el error de la Revolución Cultural y el impacto del feudalismo todavía deben ser completamente eliminados".

Entre los nuevos problemas que aparecieron y están sin resolver por el crecimiento económico chino, y que potencialmente podrían desencadenar la inestabilidad social, se encuentran, según Wen, "las disparidades sociales por una desigual distribución de los beneficios del desarrollo, la falta de credibilidad e integridad, y la corrupción". "Sin reforma política en el liderazgo del PCCh, que no será fácil, es imposible cumplir totalmente la económica", insistió.

Además, Wen destacó que "el sistema democrático de características chinas seguirá avanzando y ninguna fuerza será capaz de hacerlo retroceder".