Benedicto XVI reunió ayer con Fidel Castro, 14 años después de que lo hiciera Juan Pablo II - Reuters

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El papa Benedicto XVI dijo ayer en La Habana que "Cuba y el mundo necesitan cambios" y exigió mayor libertad religiosa en el país caribeño para que la Iglesia católica amplíe su labor social, incluido el ámbito de la educación.

Ante cientos de miles de personas reunidas en la plaza de la Revolución de La Habana, lugar de los grandes acontecimientos relacionados con la revolución comunista cubana, el pontífice ofició una misa en la que reivindicó la dignidad inviolable del ser humano, advirtió contra el escepticismo y el relativismo y puso en guardia contra esas personas que no se comprometen con la sociedad.

Una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, presidió la misa, a la que asistió el presidente cubano, Raúl Castro, vestido con una guayabera blanca, quien ocupó la primera fila.

"Cuba y el mundo necesitan cambios, pero estos sólo se darán si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad", afirmó el papa con rotundidad.

Esas palabras recordaron las pronunciadas hace 14 años por Juan Pablo II en 1998 cuando visitó la isla y dijo esa ya famosa frase: "Que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba".

Respecto a la necesidad de cambiar, el pasado día 26 a su llegada a Santiago de Cuba y ante Raúl Castro, pidió a los cubanos que luchen por una sociedad "abierta y renovada" y les exhortó a la reconciliación, a la vez que se mostró convencido de que Cuba "mira ya al futuro".

Condenó con firmeza el capitalismo salvaje, "que ha dejado al hombre -dijo- desprotegido frente a ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias".

"No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. El progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro al ser humano y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas", aseguró el papa.

Benedicto XVI reclamó también mayor libertad religiosa en Cuba para que la Iglesia ejerza su labor plenamente.

"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe.