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España, a pesar de los esfuerzos de consolidación emprendidos, no logrará cumplir ni este año ni el siguiente con los objetivos de déficit del 5,3 por ciento en 2012 y del 3 por ciento en 2013 fijados por Bruselas, según reflejan las últimas previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que estiman un desequilibrio presupuestario del 5,4 por ciento y del 3,3 por ciento, respectivamente.

El informe de la OCDE, que no recoge la desviación del déficit revelada recientemente por varias comunidades autónomas españolas que han elevado el desequilibrio presupuestario español al 8,9 por ciento desde al 8,5 por ciento anunciado previamente, destaca el esfuerzo de 4,5 puntos porcentuales a nivel global previsto este año por el Gobierno, mientras que para 2013 la institución estima un esfuerzo adicional de ajuste del 2,75 por ciento del PIB.

No obstante, el conocido como 'Club de los países ricos' considera que "para ganar credibilidad" debería aplicarse un plan a medio plazo con medidas con carácter permanente para reducir el déficit, incluyendo "mayores ingresos por IVA" e impuestos medioambientales, así como la completa puesta en marcha de "medidas de control sobre los déficit de los gobiernos regionales".

Respecto a la evolución de la actividad económica, la OCDE prevé que España registre este año una contracción del 1,6 por ciento que pasará a ser de ocho décimas en 2013 a consecuencia del impacto sobre la demanda doméstica de las medidas de consolidación fiscal y del proceso de desapalancamiento del sector privado.

De hecho, la organización internacional advierte de que estas previsiones corren el riesgo de empeorar en función de la evolución de la prima de riesgo española y su efecto potencial sobre los costes de financiación del sector privado.

"La economía continuará contrayéndose en 2012 a medida que la consolidación fiscal y el desapalancamiento del sector privado pesan sobre la demanda doméstica", apunta la institución en su informe de 'Perspectivas económicas mundiales', donde, no obstante, expresa su confianza en que la expansión del comercio internacional y la mejora de la competitividad permitirán un crecimiento más fuerte de las exportaciones españolas.