Moncloa. Rajoy y Monti se reunieron en Moncloa para abordar la situación de la eurozona - Reuters

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su homólogo italiano, Mario Monti, rehusaron ayer dar una respuesta concreta a la invitación del BCE para que pidan ayuda al fondo europeo de rescate si quieren que la entidad retome las compras de deuda y calme a los mercados.

Horas antes el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, prometió la esperada compra de deuda soberana pero dejó claro que la entidad monetaria lo hará sólo si un país con dificultades de financiación solicita ayuda a los fondos de rescate europeos.

En la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno, en la que se decidió mantener los tipos de interés en el 0,75 por ciento, Draghi aseguró que el BCE comprará bonos con vencimiento a corto plazo.

Draghi dijo que "es el Gobierno español quien debe decidir si acudir al fondo de rescate temporal FEEF", reconoció también los progresos que ha hecho el Gobierno español en materia de "consolidación fiscal" y consideró que España tiene "un programa de reformas significativas en marcha" .
Tras reunirse en La Moncloa, Rajoy y Monti calificaron de "muy positivos" otros aspectos de la declaración del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que pidió que sean los países en dificultades los que den el primer paso, lo que implicaría una estricta condicionalidad.

Al respecto Monti afirmó que su gobierno analizará esta posibilidad y va a "examinar las ayudas, las acciones de acompañamiento para evitar las primas de riesgo excesivas que cuestan caras al país que emite la deuda", aunque en el caso de Italia no habrá un rescate total, aseguró.

Rajoy se limitó a recalcar los aspectos positivos de la declaración de Draghi -entre los que no han incluido la sugerencia de que pidan ayuda- y el compromiso español con las reformas y ajustes.

"A partir de hoy yo no voy a hacer cosas distintas, no voy a cambiar de criterio", zanjó ante las insistentes preguntas Rajoy, para quien con sus palabras respondió con "meridiana claridad" a los requerimientos de información.

Los dos mandatarios resaltaron como puntos fundamentales de la declaración del presidente del BCE que haya reconocido la irreversibilidad del euro -algo "reconfortante" para Rajoy- así como la posibilidad de actuar en los mercados secundarios o llevar a cabo "políticas no convencionales" en las próximas semanas.

También subrayaron el hecho de que Draghi haya reconocido que determinadas primas de riesgo son "excepcionalmente altas" y están relacionadas con temores sobre la fortaleza del euro, no con los fundamentos económicos de los países que las padecen.

Ambos hicieron especial hincapié asimismo en el hecho de que el BCE haya reconocido que las subidas o bajadas del diferencial del bono a diez años afectan a la funcionalidad de la política monetaria, es decir, también son su competencia.

Monti destacó que no ve "ningún paso atrás" en las declaraciones de ayer del presidente del BCE -que provocaron una caída de las bolsas- respecto a las palabras de hace una semana, que generaron la euforia de los mercados.

Por el contrario, recalcó que el compromiso con el euro de Draghi "no ha disminuido de contenido, pero ha aumentado de valor", dado que si hace una semana hablaba a título individual hoy lo izo tras un consejo de gobierno del BCE.

Por ello opinó que los mercados "sólo se ajustan una vez que queda claro el éxito de cualquier medida" y "no reflejan inmediatamente" las reformas que se anuncian.

En todo caso ambos subrayaron su compromiso con las reformas.

Monti aprovechó para apreciar las medidas adoptadas por Rajoy en los siete meses que lleva al frente del Gobierno para salir de la crisis, entre las que destacó la reforma laboral.

Reconoció que se trata de políticas "rigurosas, severas, pero necesarias", y se mostró convencido de que estas reformas van a contribuir a reducir el paro en España, "que es muy elevado".

Al respecto Rajoy advirtió de que continuará llevando a cabo reformas estructurales para cumplir el objetivo de déficit, consciente de que son medidas "muy difíciles y no agradables" y que "no gustan a la inmensa mayoría de los españoles".

Además, España e Italia reclamaron en una declaración conjunta que se concreten "a la mayor celeridad posible" los acuerdos del último Consejo Europeo, en especial en lo que se refiere a la unión bancaria y fiscal y la estabilización e irreversibilidad del euro. Monti terminó en Madrid una gira europea emprendida para debatir los problemas de la eurozona.