Mario Draghi - Reuters

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La falta de contundencia y de medidas concretas en la comparecencia de ayer del presidente del BCE, Mario Draghi, decepcionó al mercado, lo que hundió todas las bolsas europeas e hizo repuntar la prima de riesgo de los países periféricos, según los expertos.
La subida más pronunciada fue la de la prima de riesgo española -que mide el interés adicional que piden los inversores por comprar deuda de este país en lugar de alemana-, que sumó 58 puntos básicos en la sesión, hasta cerrar en 594 unidades, de nuevo con la rentabilidad del bono a diez años por encima del 7 por ciento.

También se vio afectado el riesgo país italiano, que al alcanzar 510 puntos superaba la prima de riesgo de Irlanda, un país rescatado, que quedaba en 482 unidades, aunque la isla utiliza como referencia títulos a nueve años y no a diez como el resto.
La prima de riesgo griega cerraba en 2.457 puntos básicos; la portuguesa, en 981, y la francesa, en 83.

La decepción, unida al repunte de la prima de riesgo, golpeó con fuerza a la cotización de todo el sector financiero europeo, lo que terminó por lastrar las grandes plazas.
El Ibex 35 español cedióun 5,16 por ciento en la sesión y el MIB italiano, un 4,64 por ciento, en ambos casos las segundas mayores caídas del año. El CAC francés retrocedió un 2,68 por ciento; el DAX alemán, un 2,2 por ciento, y el FTSE británico, un 0,88 por ciento.

Los mercados esperaban que Draghi anunciara medidas concretas para aliviar la presión desde que la pasada semana asegurara que haría "todo lo necesario" para preservar la moneda única, lo que se tradujo en una cierta euforia en las bolsas y primas de riesgo.
Sin embargo, tras la reunión de ayery del BCE, Draghi se limitó a apuntar que el organismo actuará solo bajo la "estricta condicionalidad" de que los países pidan que se activen los fondos de rescate temporal o permanente para comprar deuda soberana.
Draghi subrayó que el BCE no va a sustituir a los gobiernos y que, por tanto, solo hará "operaciones en el mercado secundario de un tamaño adecuado para alcanzar su objetivo" cuando se le pida formalmente.

Las altas expectativas ante esta reunión del BCE comenzaron a enfriarse el pasado lunes, cuando miembros del Gobierno alemán rechazaron la posibilidad de que se dote al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) de licencia bancaria, algo que ayer también fue rechazado por las autoridades holandesas.

Tras la intervención de Draghi, el euro cayó hasta 1,21 dólares y el bono alemán a diez años, que en los últimos meses ha funcionado como valor refugio, bajó hasta el 1,23 por ciento de interés, desde el 1,37 por ciento del miércoles.

La deuda del resto de países reaccionó al alza: el bono portugués a diez años cerraba hoy en el 11,04 por ciento; el español, en el 7,17 por ciento y el italiano, en el 6,33 por ciento.
El profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) Javier Niederleytner apuntó a Efe que el mercado ha recibido estas declaraciones "muy mal" porque "quería medidas contundentes" y, en lugar de ello, Draghi ha respondido con palabras vagas y posponiendo la puesta en marcha de los instrumentos.

Los analistas de Banco Madrid aseguran que Draghi ha decepcionado a los mercados y que se ha visto desautorizado por otros miembros del BCE, a lo que añaden que supeditar la ayuda a la petición formal de rescate "no cumple precisamente con las expectativas generadas".