EMPIRE STATE. Es uno de los lugares más visitados de la ciudad de Nueva York - Reuters

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Dos personas murieron y al menos ocho resultaron heridas en un tiroteo ocurrido ayer junto al Empire State Building de Nueva York, uno de los lugares más visitados de la ciudad.

Las autoridades informaron que los muertos son el atacante, identificado como Jeffrey Johnson y abatido por la Policía, y uno de sus excompañeros de trabajo, un hombre de 41 años, al que fue a ver con la intención de matarlo, mientras nueve personas resultaron heridas, algunas de forma accidental por disparos de la Policía.

Johnson, de 53 años, había sido despedido el año pasado de una empresa cuyas oficinas están frente al emblemático edificio del centro de Manhattan, donde trabajaba diseñando complementos para mujer.
Tras los disparos iniciales, Johnson guardó en una bolsa el arma, una pistola semiautomática calibre .45, y salió andando por la calle 33, donde fue interceptado por unos agentes que habían sido alertados por un trabajador de la construcción, momento en el que intentó sacar de nuevo el arma y fue abatido por la Policía.

Las autoridades descartaron que el incidente estuviera vinculado con una amenaza terrorista, según explicó del jefe del Departamento de Policía, Raymond Kelly, máximo responsable de la Policía de una ciudad que dentro de menos de tres semanas conmemorará el undécimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
debate

Este nuevo incidente ha vuelto a reabrir el debate sobre las armas en Estados Unidos, país donde todavía está fresco el recuerdo de dos matanzas ocurridas en el último mes, una en un templo de la comunidad sij en Wisconsin donde murieron seis personas, y otra en una sala de cine de Colorado que dejó 12 muertos.

" Es una terrible tragedia y no hay duda de que podría haber sido peor", afirmó ayer alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, que está al frente de "Alcaldes contra las armas ilegales", una iniciativa fundada hace más de cinco años por quince primeros ediles y a la que se han ido sumado desde entonces más de medio millar de mandatarios locales, que abogan por cambios legislativos que ayuden a frenar el tráfico ilegal de armas.

A menos de tres meses para las presidenciales de noviembre, el alcalde neoyorquino ha pedido en repetidas ocasiones al gobernante estadounidense, Barack Obama, y a su contrincante en las elecciones, el candidato republicano Mitt Romney, que presenten sus propuestas para mejorar el control de las armas en este país.

Escenario
El Empire State Building ya fue el escenario de un tiroteo en 1997 en el que Alí Abu Kamal, un palestino de 69 años, abrió fuego desde el observatorio del rascacielos repleto de turistas en el piso 86 y dejó un muerto y seis heridos antes de quitarse la vida de un disparo.

Testigos
"Mientras que lo veamos como se ven los toros no hay problema", afirmó ayer a Efe Alex, un turista español de visita en la Gran Manzana que había acudido a la zona en metro junto a su mujer, Elisabeth, quien dijo por su parte que estaban "alucinados" por lo que había pasado.

Otra testigo, Victoria Pulgarín, una colombiana de Queens que acudía a una cita médica, relató a Efe que al escuchar los disparos se tiró al suelo y vio a su lado caer a un hombre herido. "Las balas pasaron por mi lado. Creía que eran fuegos artificiales pero mi marido me dijo que era una balacera. Me quedé paralizada", agregó.

El tiroteo en uno de los lugares más visitados de la ciudad de los rascacielos causó escenas de pánico entre los transeúntes que a esa hora acudían a sus puestos de trabajo y los numerosos turistas que suelen formar largas colas en las puertas del edificio para subir al mirador.

Se trata, además, del tercer incidente de gravedad que se produce en Manhattan en menos de dos semanas, después de que el pasado jueves un hombre disparara a dos personas en los alrededores del estadio de los Yankees, y que el pasado 11 de agosto unos agentes mataran a tiros a un indigente cerca de la turística Times Square.