Catedral de Milán. Miles de personas asistieron al funeral del cardenal italiano - Reuters

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Miles de personas asistieron ayeren la catedral de Milán al funeral por el cardenal Carlo María Martini, donde se leyó un mensaje del Papa, en el que éste afirmó que fue "un pastor generoso y fiel de la Iglesia, jamás rechazó el diálogo y siempre estuvo junto a los pobres y los que sufren".

"Ha sido un pastor generoso y fiel de la Iglesia, fue un hombre de Dios que no solo estudió la Sagrada Escritura, sino que la amó intensamente e hizo de la misma su vida, para que todo fuese para mayor gloria de Dios. Y por ello fue capaz de enseñar a los creyentes y los que buscan a Dios", aseguró el pontífice.

El mensaje fue leído por el cardenal Angelo Comastri, vicario para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la basílica de San Pedro del Vaticano, enviado por Benedicto XVI al funeral para representarle.

El Papa destacó que Martini -arzobispo emérito de Milán (norte de Italia), fallecido el 31 de agosto a los 85 años y enfermo de parkinson- "jamás rechazó el encuentro y el diálogo con todos".

"Lo hizo con un espíritu de caridad profunda, según su lema 'Pro veritate adversa diligere' (amar las cosas adversas por amor a la verdad), atento a todas las situaciones, especialmente aquellas más difíciles, la de los que están perdidos, los pobres y los que sufren", agregó.

Benedicto XVI pidió a Dios que acoja en el cielo "a este incansable servidor del evangelio y de la Iglesia".

El funeral fue oficiado por el actual arzobispo de Milán, Angelo Scola, que resaltó en la homilía "la imponente figura de este hombre de Iglesia" y dijo que la herencia que deja Martini está toda en su vida, en su magisterio "y nosotros debemos continuarlo".
A las exequias asistieron unas 20.000 personas, según un comunicado de la Curia milanesa, y más de la mitad de ellas las siguió desde las pantallas gigantes de televisión instaladas en la plaza del Duomo (catedral).

Acudieron doce cardenales, entre ellos Dionigi Tettamanzi, que sustituyó a Martini al frente del arzobispado de Milán en 2002; Angelo Bagnasco, presidente de los obispos italianos y Agostino Vallini, vicario de Roma.