El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha ordenado el inicio de la evacuación de 375.000 residentes de la ciudad ante la inminente llegada del huracán 'Sandy', mientras el gobernador del Estado, Andrew Cuomo, ha decretado la suspensión del transporte público a partir de esta noche.
La orden de evacuación afecta a la llamada "Zona A" que comprende todos los barrios a menor altura respecto al nivel del mar que podrían quedar inundados por una subida de las aguas.
"Si el huracán pasa de largo, estupendo. Genial. Pero si no lo hace, estaremos preparados", declaró Cuomo al anunciar la suspensión de los servicios de metro, autobuses y trenes a partir de las 19.00 de hoy (las 01.00 del lunes en España), que se reanudarán 12 horas después de que se declare el fin de la tormenta.
Las escuelas permanecerán cerradas hoy, no así la Bolsa de Wall Street. Un portavoz asegura que de momento no hay planes de cerrar el mercado de valores, aunque indicó a Reuters que esta decisión podría variar dependiendo de cómo evoluciona la situación.
El huracán 'Sandy', que se dirige a las costas de Estados Unidos, se ha cobrado la vida de al menos 59 vidas en los países del Caribe, la mayoría de ellos en Haití, donde 44 personas han muerto a causa de la tormenta, según el último balance oficial difundido por las autoridades. Otras 11 personas han muerto en Cuba.
La tormenta, ahora en aguas del Atlántico mantiene su peligrosidad y podría incluso agravarla si finalmente se le suma un frente frío antes de tocar tierra en plena costa este norteamericana. Está previsto que el fenómeno llegue al continente en la noche del lunes (mañana del martes hora peninsular española) y la mayoría de los estados del litoral estadounidenses ya han emitido una alerta. Se estima que entre 50 y 60 millones de personas podrían verse afectados por la lluvia, la nieve y los fuertes vientos que provocará 'Sandy' en Estados Unidos.
El último informe del Centro Nacional de Huracanes estadounidense sitúa a 'Sandy' a unos 540 kilómetros al este sureste de Charleston (Carolina del Sur) y le adjudica vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora y no se prevé que se debilite antes de tocar tierra. Por el momento se desplaza lentamente, a unos 20 kilómetros por hora, en dirección noroeste.
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