Euforia. Los habitantes de la Franja salieron a las calles de Gaza a celebrarlo - Reuters

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Egipto anunció ayer un acuerdo entre Israel y las facciones palestinas, encabezadas por Hamás, para decretar un alto el fuego, que entró en vigor la pasada noche y que debe poner fin a ocho días de violencia en la franja de Gaza.

El ministro egipcio de Exteriores, Mohamed Kamel Amr, fue el encargado, en presencia de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, de formalizar el cese de las hostilidades, que comenzó a las 21 hora local (19.00 GMT).

"Egipto llevó a cabo grandes esfuerzos y contactos con los dirigentes palestinos, las facciones palestinas, con Israel y con las partes internacionales implicadas, a la cabeza de las cuales está Estados Unidos, y esos esfuerzos llevaron a un acuerdo para el alto el fuego y al cese del derramamiento de sangre", dijo Amr.

En su intervención, se comprometió a que Egipto, que ha sido designado en el acuerdo como el garante de su cumplimiento, continuará con sus esfuerzos para hallar una solución "global y justa" en la región.

Por ello, reclamó a las partes el acatamiento de la tregua, que prevé el cese de "las acciones hostiles de Israel contra Gaza, ya sean por tierra, mar o aire, incluidas las incursiones terrestres y las operaciones contra individuos", así como el de toda agresión "de Gaza a Israel, incluidos el lanzamiento de cohetes y los ataques contra la frontera".

Por su lado, la jefa de la diplomacia estadounidense dio la bienvenida al acuerdo, que saludó como un paso en la dirección correcta que debe ser mantenido entre todos. "Este es un momento crítico para la región. El nuevo Gobierno egipcio está asumiendo la responsabilidad y el liderazgo que han convertido durante mucho tiempo a este país en una piedra angular de la estabilidad y la paz", señaló Clinton, quien también alabó el papel desempeñado por el presidente egipcio, Mohamed Mursi.

En la misma línea que Amr, la jefa de la diplomacia estadounidense consideró que "no hay más alternativa que una paz justa y global", para lo cual se comprometió a trabajar con Egipto y sus socios en la región.

Desde el comienzo de la operación Pilar Defensivo, hace ocho días, un total de 162 palestinos han muerto en Gaza y más de 1.300 han resultado heridos, mientras que cinco israelíes han muerto como consecuencia de los cohetes disparados desde la franja.
Además de obligar al cese de las hostilidades, el acuerdo incluye la apertura de los cruces fronterizos de Gaza con Israel y la facilitación del movimiento de personas y bienes en los cruces de acceso a la zona.

La tregua también contempla el "libre movimiento de los pescadores y la extensión de la zona de pesca" que controla la Marina israelí en torno a Gaza, actualmente limitada a tres millas marinas. Estas últimas medidas deberán ser implementadas 24 horas después de la entrada en vigor del alto el fuego, según el acta del acuerdo.

El líder de Hamás, Jaled Meshal, celebró el final de la escalada de violencia y aseguró que su grupo ha conseguido "todas sus demandas" con el acuerdo para un alto el fuego en Gaza. Además, calificó el acuerdo como una derrota para Israel, que, según el jefe de la oficina política del movimiento palestino, "ha fracasado en todos sus objetivos".

En una rueda de prensa en El Cairo, Meshal defendió el papel del nuevo gobierno islamista en Egipto, que ha actuado como mediador en el acuerdo, y sentenció que este "no ha vendido a la Resistencia, como han dicho algunos".

La tregua llegó tras un intenso día de ajetreo diplomático en la capital egipcia y después de una reunión tripartita que mantuvieron Mursi, Clinton y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien también saludó el importante papel desempeñado por la mediación egipcia.

Egipto se ha reservado el papel de árbitro que evaluará las "observaciones" que puedan presentar las partes sobre el cumplimiento del acuerdo.

Celebración
Las calles de Gaza, que durante la última semana vivían un silencio solo roto por los estruendos de las bombas israelíes y de los cohetes palestinos, se llenaron ayer por la noche de bocinas, gritos y ruidos al entrar en vigor a las nueve en punto hora local (19.00 GMT) una tregua acordada con mediación egipcia. Los petardos, pitidos de claxon, gritos, eslóganes triunfales desde la megafonía de las mezquitas y los disparos al aire sustituyeron a los sonidos bélicos.

Desapareció el ruido de los aviones no tripulados israelíes, las calles de Gaza capital se llenaron de coches y miles de palestinos (en su mayoría, varones) se arrojaron al exterior para levantar los brazos con el signo de la victoria, ondear banderas -palestinas, de Hamás y de la Yihad Islámica- y compartir con sus vecinos la felicidad de la llegada de la calma.

"Estoy feliz, muy, muy contento. Esto es una victoria para Hamás. "¡Hemos ganado!", declaró a Efe entre gritos, Ahmed Mohamed, que había salido a celebrar el fin de las hostilidades en la Plaza de Gaza.