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El mercado español de turismos ha marcado con 699.589 unidades y una caída del 13,4 por ciento el peor registro de la historia, aunque el resultado se ha visto aliviado por un Plan PIVE que el sector pide de forma unánime que continúe en 2013, un año que será similar, según las previsiones.

No obstante, el éxito del Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE), que contabiliza alrededor de 65.000 operaciones desde octubre y el consumo del 80 por ciento de recursos asignados, no ha logrado que el mercado cierre con al menos 700.000 unidades.

El mercado español cuenta con estadísticas de matriculaciones desde el año 1989 y hay que retroceder a la crisis de 1993 para encontrar un registro de matriculaciones tan bajo, ya que en aquel periodo fueron 792.590 los turismos y vehículos todoterreno comercializados en España.

Al registro de 2012 se llega tras un mes de diciembre malo, a pesar de que el Plan PIVE atenuo las cifras, con una caída del 23 por ciento y 51.197 unidades, la situación se vio agravada por contar este mes con tres días hábiles menos que en diciembre de 2011.

Según los datos estadísticos facilitados ayer por las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam), las ventas a particulares en diciembre descendieron un 17,3 por ciento, con 29.503 matriculaciones, cantidad que genera un resultado acumulado para el año 2012 de 337.948 unidades, un 12,9 por ciento menos que en 2011.

La caída en el canal de empresas ha sido del 37,6 por ciento en el pasado mes de diciembre, con 16.080 unidades, para llegar al final del 2012 a 224.980 unidades y un descenso del 19,4 por ciento.

Los alquiladores (rent a car) han registrado 5.614 matriculaciones, equivalente a un crecimiento del 11,6 por ciento, por lo que las compras de este canal han caído un 3,2 por ciento en 2012, con 136.661 totales.

Con esta situación, las patronales del sector han pedido unánimemente la continuidad del Plan PIVE en 2013, porque las previsiones dibujan un año similar al 2012, "muy complicado", según los analistas.

Aránzazu Mur, responsable del Área Económica de la patronal de los fabricantes (Anfac), en su llamamiento para 2013 ha considerado que el PIVE ha sido una inyección en la confianza del consumidor, que en los últimos meses ha visitado con afluencia los concesionarios.

Uno de los efectos más importantes de este Plan ha sido su repercusión directa en el bolsillo del usuario, porque ha podido adquirir un vehículo en las mejores condiciones económicas de la historia, teniendo además un reflejo directo en la contención del IPC.