Obama. El presidente guiña el ojo a los periodistas tras el acuerdo que es una victoria política - Reuters

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Estados Unidos evitó el martes, en el último minuto, las temidas consecuencias del llamado "precipicio fiscal", con un acuerdo bipartidista que aumentará los ingresos del estado pero que aplaza las decisiones más difíciles sobre la reducción del gasto público y la deuda.

Por primera vez en veinte años, el Congreso estadounidense autorizó ayer finalmente con el apoyo de ambos partidos una subida de impuestos para los más ricos.

Al mismo tiempo, el Legislativo convirtió en permanentes, para la inmensa mayoría de los estadounidenses, las rebajas fiscales introducidas hace una década por el presidente republicano George W. Bush.

El resultado supone una victoria política indiscutible para el presidente Barack Obama, quien hizo de la protección de la clase media su banderín de enganche durante la pasada campaña electoral.

"Gracias a los votos de republicanos y demócratas en el Congreso" subrayó Obama, "voy a firmar una ley que sube los impuestos al dos por ciento de los estadounidenses más acaudalados y evita al propio tiempo subidas impositivas que habrían devuelto al país a la recesión".

Después de un largo culebrón, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó hoy el proyecto legislativo destinado a cancelar los efectos del llamado "abismo fiscal" en el que ha permanecido el país, al menos técnicamente, durante un día.

Los legisladores aprobaron sin cambios, por 257 votos a favor y 167 en contra, el proyecto remitido por el Senado, donde había recibido un día antes un respaldo abrumador.

Entre los representantes republicanos que votaron finalmente a favor del compromiso estuvieron el propio presidente de la Cámara, John Boehner, y el excandidato a la vicepresidencia de EE.UU. Paul Ryan.

La votación en la Cámara baja se produjo después de una intensa jornada en la que los republicanos estuvieron a punto de hacer descarrilar el compromiso.

Un número significativo de miembros republicanos había exigido introducir en el proyecto de ley una enmienda para recortar el gasto del Gobierno en 300.000 millones de dólares.

El intento de enmendar el compromiso del Senado habría supuesto, de hecho, la muerte del preacuerdo bipartidista, debido a la falta de tiempo para negociar los cambios con la Cámara Alta antes de la instalación el día 3 de un nuevo Congreso.

Entre otras medidas, la legislación aprobada, que entrará en vigor en cuanto la firme Obama, convierte en permanente el nivel actual de los tipos impositivos para un 98 por ciento de las familias y un 97 por ciento de los pequeños negocios.

Eleva, por el contrario, el impuesto para las parejas con rentas anuales superiores a los 450.000 dólares, que volverán a contribuir con un tipo del 39,6 por ciento, como hace dos décadas, en lugar del 35 por ciento que regía actualmente.