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1.304 personas han perdido la vida en las carreteras españolas durante el pasado año, lo que significa una reducción del 12 por ciento respecto a 2011, es decir, 180 fallecidos menos.

Por segunda vez consecutiva, la cifra de fallecidos baja de 1.500 y se sitúa en los niveles de 1960, cuando murieron 1.300 personas en las vías interurbanas, aunque en esa fecha había un millón de coches y 2,2 millones de conductores. Hoy, 31,4 millones de vehículos circulan por las carreteras en manos de 26,2 millones de conductores.

Así lo señalaron ayer en rueda de prensa el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la directora general de Tráfico, María Seguí, quienes se felicitaron por estos resultados, aunque han incidido en que todavía hay "1.304 razones" que obligan a Interior a "seguir trabajando" para reducir la siniestralidad.

De todos modos, esta cifra corresponde a los muertos en las 24 horas siguientes al accidente, por lo que será mayor cuando se computen los fallecidos a treinta días.

En los 1.179 siniestros mortales, otras 6.161 personas resultaron heridas graves, frente a las 7.069 de un año antes.

Según los datos de Tráfico, el año recién acabado contabilizó una media de 3,6 fallecidos en accidente de carretera al día, que supone ocho muertos cada día menos que en el año 2000.

Por autonomías, la siniestralidad descendió en todas (más en La Rioja, Cantabria y Murcia y menos en Cataluña), salvo en Navarra, Balears, País Vasco y Asturias, donde el número de fallecidos creció respecto a 2011 un 33, un 22, un 7 y un 3 por ciento, respectivamente.

El 77por ciento de las muertes se produjeron en carreteras convencionales y el 23 por ciento restante en autovías y autopistas, si bien en todas las vías descendió la mortalidad, más en las autovías (un 14 por ciento).

La primera causa del accidente mortal ha sido la salida de la vía y, de hecho, una de cada dos personas fallecidas en las carreteras de alta capacidad murió como consecuencia de este tipo de accidente.

Un total de 128 peatones fueron atropellados y es esta incidencia la segunda causa de muerte en las vías de alta capacidad y la cuarta en las convencionales. En estas últimas, la segunda causa es la colisión frontal.

En todos los grupos de edad disminuyó la mortalidad, salvo entre los menores de 14 años, un tramo en el que la cifra de fallecidos creció un 13 por ciento.

Fernández Díaz dijo que cuesta más reducir la siniestralidad a medida que la edad de los conductores avanza.