Anuncio. El anuncio papal desconcertó a los cardenales presentes en el consistorio - Reuters

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Benedicto XVI, de 85 años, sorprendió ayer al mundo y a la Curia al anunciar, durante un consistorio de cardenales y hablando en latín, que renuncia al Papado por motivos de salud y dejará el Trono de Pedro a las 20 horas de Roma del 28 de febrero.
Joseph Ratzinger entregará el Papado casi ocho años después ser elegido, el 19 de abril de 2005, como 265 sucesor de san Pedro, tras la muerte de Juan Pablo II.

Los cardenales presentes en el consistorio, según contó el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, quedaron "desconcertados".
En la historia del Papado sólo se han producido cuatro renuncias contando la de Benedicto XVI. La última fue en 1515 cuando Gregorio XII , el veneciano Angelo Correr, dimitió dos años antes de morir.

"Queridísimos hermanos. Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia", dijo Ratzinger a los cardenales en latín.

Y agregó: "Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino".

Ante el desconcierto de los presentes, Benedicto XVI, "tranquilo, en su línea", según dijo después el portavoz vaticano, Federico Lombardi, siguió leyendo: "Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando".

"Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado", añadió el Papa, mientras aumentaba el desconcierto.

"Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice", agregó.
Benedicto XVI dio las gracias a sus colaboradores y aseguró que en el futuro quiere servir a la Iglesia "con una vida dedicada a la plegaria". Tras conocerse la renuncia, que dio en pocos minutos la vuelta al mundo, el portavoz Lombardi señaló que el Papa ha tomado la decisión en plenas facultades mentales.

El jesuita recordó que la renuncia de un Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre y precisa que no puede ser aceptada por nadie.

Lombardi señaló también que el Papa es muy consciente del paso que ha dado y que no han influido temas como los escándalos de curas pederastas.

Al contrario, dijo el portavoz, cuando arreciaban estos escándalos ya señaló que un pastor "nunca huye ante los lobos y deja el rebaño sólo".

Ninguna enfermedad, agregó, ha llevado a Benedicto XVI a renunciar al Pontificado, aunque reconoció que en los últimos meses había disminuido en él las fuerzas físicas, "algo normal en personas con esa edad".

Lombardi explicó la decisión del Papa de hacer firme la renuncia a las ocho de la tarde del 28 de febrero, "tal vez porque esa es la hora en la que acaba la jornada de trabajo".

Hasta ese día, Benedicto XVI realizará su labor "como siempre". Después se trasladará hasta la residencia de Castel Gandolfo, a una treintena de kilómetros al sur de Roma.

Allí permanecerá durante la Sede Vacante, el tiempo que transcurre desde que un Papa fallece, o renuncia, como es su caso, y hasta que se elige al sucesor.

Después se retirará a un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano, según anunció Lombardi. Durante el tiempo de Sede Vacante se realizarán obras de acondicionamiento del apartamento Papal.

El cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI será convocado una vez sea firme la renuncia y Lombardi no descartó hoy que ya para la Semana Santa haya un Papa nuevo.

Y antes del 28 de febrero, el Vaticano dará una despedida a Benedicto XVI, a la que espera asistan fieles de todo el mundo "y autoridades de muchos países", según el cardenal Sodano.