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La Ley de medidas de protección integral contra la violencia de género volverá al Congreso, casi diez años después de ver la luz, para incluir a los menores como víctimas directas de esta lacra, según han informado a Europa Press fuentes gubernamentales, que precisan que de esta forma los menores podrán ser beneficiarios directos de la norma. La medida ha quedado recogida en el Plan Estatal Nacional de Infancia y Adolescencia 2013-2016 que ha aprobado este viernes el Consejo de Ministros.

La reforma normativa, que aprobará el Gobierno y remitirá al Parlamento, pretende así recoger el siguiente precepto: "Los menores que se encuentren bajo la patria potestad, tutela, acogimiento o guarda de hecho de las mujeres víctimas de la violencia de género a la que se refiere el apartado anterior, se considerarán víctimas de esta violencia a efectos de lo dispuesto en esta ley y tendrán garantizados sus derechos en los términos establecidos en la misma y en la legislación vigente".

En la actualidad, la norma, que data de diciembre de 2004, sólo considera víctimas a las mujeres parejas o exparejas de su agresor. Según el Plan del Ejecutivo, este cambio supone "un gran paso" para proteger a los que más sufren y menos capacidad tienen de salir de esta violencia y los que la van a perpetuar.

El texto, al que ha tenido acceso Europa Press, señala que estos menores han sido los "grandes olvidados" pese a que son los que más padecen.

En este sentido, el Ejecutivo argumenta que la violencia condiciona el bienestar y desarrollo personal de los menores, ya que se produce la violencia en la fase más crítica para el desarrollo de la personalidad del individuo. "La violencia de género es una forma de maltrato hacia los menores, bien porque estos hayan sufrido directamente las agresiones de la misma manera que las mujeres, bien porque, aun cuando no hayan sido objeto de los ataques, son testigos directos de un comportamiento violento en el seno familiar con muchas consecuencias en su desarrollo", asegura.

Además, advierte de que estos comportamientos, con toda seguridad, producirá problemas de salud física y psicológica. Igualmente, apunta que el niño se convierte en instrumento de violencia y dominio sobre la mujer y, de ahí, según asegura, otra de las razones fundamentales para considerarlos víctimas de la violencia de género: "son una herramienta más para lograr el maltrato". En la misma línea, apunta que la violencia de género sobre los menores es la "mejor" manera para perpetuarla en el futuro y mantener el comportamiento de agresor o víctima. "Hay que romper la cadena intergeneracional de la violencia", añade.