Tahrir. Helicópteros militares desfilan sobre la plaza cairota con gente que celebra la caída de Mursi - Reuters

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Egipto inauguró la nueva etapa impuesta por el Ejército con un nuevo presidente interino, Adli Mansur, que ayer juró su cargo en sustitución de Mohamed Mursi, mientras sigue la búsqueda y detención de líderes de los Hermanos Musulmanes.
En una solemne ceremonia, Mansur prestó juramento ante la asamblea general del Tribunal Constitucional, la instancia que él mismo presidía hasta ayer.

"La revolución del 30 de junio ha corregido la revolución del 25 de enero de 2011 (que derrocó a Hosni Mubarak)", dijo Mansur, para quien el pasado domingo los millones de egipcios que pidieron la renuncia de Mursi lograron "reunificar el pueblo sin divisiones".
Mansur es el nuevo mandatario que deberá convocar y supervisar elecciones presidenciales durante un periodo interino, y podrá hacer declaraciones constitucionales y designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas.

El presidente del Constitucional reemplazó a Mursi en la Presidencia, de acuerdo al plan trazado por las Fuerzas Armadas, que ayer depusieron al islamista con el respaldo de líderes religiosos y políticos, y de ciudadanos que salieron en masa a las calles.
La nueva hoja de ruta establece también la suspensión temporal de la Constitución, que deberá ser remodelada por un comité de expertos, y la formación de un gobierno de unidad nacional.

En el ámbito judicial, el Consejo Superior de la Magistratura restituyó ayer al fiscal general, Abdelmeguid Mahmud, en lugar del anterior, Talaat Ibrahim, nombrado por Mursi.

Tras el golpe militar, una de las primeras medidas que han tomado las autoridades ha sido comenzar a detener a líderes de los Hermanos Musulmanes, el grupo islamista en el que militó Mursi hasta acceder al poder hace un año tras ganar las primeras elecciones presidenciales democráticas de Egipto.
Por el momento se desconoce dónde está Mursi, oficialmente en paradero desconocido, si bien un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gihad Hadad, señaló que está retenido tras haber sido trasladado al Ministerio de Defensa.
Contra el depuesto presidente pesa un orden judicial emitida ayer que prohíbe su salida del país.

El islamista está siendo investigado por las acusaciones de haber insultado al poder judicial junto a otros ocho dirigentes de la Hermandad a través de los medios de comunicación.
Se espera que, a partir del próximo lunes, un juez designado por el ministerio de Justicia interrogue a Mursi por su discurso a la nación del pasado 26 de junio, cuando denunció a varios jueces por supuestamente haber participado en fraudes electorales en la era de Mubarak.

Entre los otros investigados, destacan el anterior guía espiritual de la cofradía Moahmed Mahdi Akef y el presidente del brazo político de este grupo, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), Saad Katatni, que ya han sido arrestados.
También fueron detenidos el viceguía espiritual de los Hermanos Rachad Bayumi y el exdiputado de la Cámara baja Mohamed el Omda.
Además, la Fiscalía ordenó la detención de los dos máximos líderes de los Hermanos Musulmanes: su guía espiritual, Mohamed Badía, y su "número dos", Jairat al Shater, que están acusados de instigar al asesinato de manifestantes pacíficos contra el depuesto presidente.

Al menos quince personas, entre ellos un oficial de la policía, han muerto en enfrentamientos o en el país tras el anuncio de que las Fuerzas Armadas deponían a Mursi.