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El gigante tecnológico estadounidense Microsoft se ha metido de lleno en el jugoso pero complejo mercado de la telefonía móvil con la compra de la división de Dispositivos y Servicios de Nokia, su principal aliado en el desarrollo del ecosistema móvil Windows Phone.

El acuerdo entre ambas compañías anunciado ayer contempla la venta por parte de Nokia de todos sus activos relacionados con el diseño y fabricación de móviles básicos y terminales inteligentes por 3.790 millones de euros, incluidas las fábricas, los centros de I+D y el traspaso de unos 32.000 empleados.

Por su parte, Nokia conservará su cartera de patentes pero otorgará a Microsoft una licencia no exclusiva para la utilización de las mismas durante 10 años, por la que la empresa estadounidense pagará 1.650 millones de euros, con la posibilidad de extender el acuerdo "indefinidamente".

De este modo, Microsoft realiza una arriesgada apuesta por la telefonía móvil en una industria claramente dominada por los fabricantes de dispositivos Android, especialmente la surcoreana Samsung, y por Apple con su popular iPhone.

El todavía consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, quien ha anunciado que abandonará la compañía en los próximos meses, confía en el gran potencial del ecosistema Windows Phone y en la capacidad de Nokia para lanzar al mercado móviles atractivos.

"Windows Phone ha crecido más del 78 por ciento en el último año y se ha establecido claramente como la tercera plataforma móvil del mercado, mientras que las ventas de 'smartphones' de Nokia con Windows Phone han pasado de cero hace dos años a 7,4 millones de unidades en el último trimestre", afirmó Ballmer a la prensa en Helsinki.

En su opinión, la adquisición del negocio de dispositivos móviles de Nokia "es una operación que beneficia a los empleados, accionistas y consumidores de ambas compañías".

El actual consejero delegado de Nokia, Stephen Elop, abandonará la compañía finlandesa y se hará cargo de la nueva división de Dispositivos y Servicios de Microsoft, empresa en la que ya ocupó cargos directivos antes de fichar por Nokia.

Según Ballmer, no habrá cambios significativos en los centros de producción que Nokia tiene por todo el mundo y Finlandia seguirá siendo la base del trabajo en investigación y desarrollo.

Además, Microsoft abrirá un nuevo centro de datos en Finlandia para apoyar las operaciones del gigante tecnológico en Europa, con una inversión superior a los 250 millones de euros.

Según varios analistas, el precio de la operación es demasiado bajo teniendo en cuenta todo lo que incluye.