El expresidente se negó a vestur el traje de recluso en el juicio - Reuters

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El expresidente egipcio Mohamed Mursi apareció ayer desafiante y reivindicativo en el comienzo del juicio que se sigue contra él y otros 14 dirigentes islamistas por su implicación en la muerte de manifestantes el pasado diciembre.

Tras una anárquica sesión, el Tribunal Penal de El Cairo, presidido por el juez Ahmed Sabri, decidió aplazar la siguiente vista hasta el próximo 8 de enero, según constató Efe en el interior de la sala de la Academia de Policía donde se celebra el proceso, la misma en que se juzga también al expresidente Hosni Mubarak.

Pero más allá de los aspectos procesales, la atención de todos los presentes se centraba en observar el estado y la actitud de Mursi, incomunicado y en paradero desconocido desde que fue destituido y arrestado por el Ejército el pasado 3 de julio.

A buen seguro, Mursi no decepcionó a sus seguidores.

El primer presidente elegido democráticamente en Egipto apareció enérgico y en plena forma, clamando a voz en grito una y otra vez que él es el «presidente legítimo de la república» y que no acepta la autoridad del tribunal que debe juzgarlo.

Su actitud desafiante no se quedó solo en el lenguaje, sino que se extendió también a los gestos, como en su decisión de entrar en la jaula de los acusados vestido de civil, de traje y camisa, frente al mono blanco que llevaba el resto de imputados.

«Está muy animoso, muy activo. Y tan tozudo como siempre...», dijo a Efe el abogado y pensador islamista Mohamed Selim al Awa, quien tuvo la rara oportunidad de departir con el expresidente durante media hora en uno de los recesos.

Esa tozudez a la que aludía Al Awa tiene probablemente mucho que ver con el hecho de que Mursi se negó a aceptarlo como abogado defensor, pese a que el juez le instó en varias ocasiones a hacerlo.

El depuesto mandatario y sus colaboradores -entre quienes están los destacados dirigentes de los Hermanos Musulmanes Esam el Arian y Mohamed Beltagui- convirtieron la sala en un altavoz de sus reivindicaciones, formuladas a bramidos y con eslóganes como «Abajo el régimen militar».

El marasmo en que se convirtió la vista se enredó todavía más con los gritos de «¡pena de muerte!» que profirieron algunos periodistas egipcios presentes.

Al menos tres personas fueron detenidas ayer durante los enfrentamientos entre policías y manifestantes partidarios del expresiron instigados por Mursi.