El Palacio del Elíseo, residencia oficial del presidente François Hollande - Efe

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El Consejo Constitucional de Francia autorizó ayer que el Gobierno francés aplique un impuesto del 75 por ciento a las empresas sobre los salarios de los empleados que ganen más de un millón de euros, una simbólica promesa electoral del actual presidente, el socialista François Hollande.

La máxima autoridad judicial de Francia ya había rechazado hace un año una primera versión de ese texto, al entender que su redacción incurría en desigualdades ante el fisco.

Aquella corrección supuso un varapalo para una de las medidas más llamativas de la campaña que llevó a Hollande al Palacio del Elíseo en 2012, por lo que el Gobierno anunció inmediatamente que trabajaría para elaborar una nueva versión que lograra el plácet del Consejo.

El impuesto validado finalmente por el Constitucional, que el Ejecutivo ha descrito siempre como excepcional y transitorio en momentos de crisis, tendrá una duración de dos años.

Supone un gravamen a las empresas del 50 % sobre esos grandes salarios, que se suma al 25 % de cargas sociales.

La tasa, que recae así sobre la empresa y no sobre los asalariados, no podrá superar en ningún caso el 5 % de la facturación de la compañía.

Con esa medida el Estado francés espera recaudar 260 millones de euros en 2014 y 160 millones de euros en 2015.

Parte de esos ingresos provendrán de los clubes de fútbol, que se opusieron frontalmente a la iniciativa del gobierno socialista que lidera Jean-Marc Ayrault.

El fútbol galo amenazó el pasado noviembre con declarar una huelga -la primera desde 1972- pues la Liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP) calcula que tendrán que pagar unos 44 millones de euros más al año en forma de impuestos.
Solo el París Saint-Germain, donde juegan estrellas como Zlatan Ibrahimovic, Edinson Cavani o Thiago Silva, debería pagar unos 20 millones de euros, según esos cálculos.

Finalmente, y ante la firme negativa de Hollande de exonerar de esa tasa incluso a los contratos en curso con futbolistas, los clubes retiraron su convocatoria de huelga.

Pero el llamado «impuesto a los muy ricos» se había revelado controvertido desde su anuncio. Un año antes de que los clubes de fútbol montasen en cólera, la tasa motivó un sonado enfrentamiento entre el célebre actor francés Gerard Depardieu y el Gobierno.