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La capilla ardiente con los restos mortales del ex presidente Adolfo Suárez se instalará este lunes en el Congreso de los Diputados, donde permanecerá durante 24 horas, desde las 10.00 del lunes, han confirmado fuentes de la Cámara.

El cuerpo será velado hoy por la familia en la clínica en la que ha fallecido y en la que llevaba ingresado desde el pasado lunes, hasta su traslado al Palacio de la Carrera de San Jerónimo.

Según las fuentes, Suárez recibirá los mismos honores que su sucesor en el cargo, Leopoldo Calvo-Sotelo, fallecido en 2008, por lo que la capilla ardiente se instalará en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Baja.

El presidente de la Cámara, Jesús Posada, y la vicepresidenta primera de la Mesa, Celia Villalobos, se encuentran ya en el Congreso supervisando los preparativos, en los que se afanan numerosos trabajadores de la casa.

Además, una furgoneta de los servicios funerarios ha entrado en el llamado Patio del Congreso, con material para la capilla ardiente.

Posada, quien ha salido a la calle a hablar con los periodistas, ha explicado que la capilla se abrirá a las diez de la mañana y que, al igual que con Calvo-Sotelo, los ciudadanos podrán acceder por la Puerta de los Leones, que sólo se abre para ocasiones especiales, como el Día de la Constitución.

Ha recordado que el Congreso se puso a disposición de la familia desde el primer momento para acoger la capilla ardiente y ha agradecido que finalmente haya aceptado ese ofrecimiento.

Fue desde allí desde donde Suárez «encauzó la transición», ha enfatizado Posada, y también desde allí enfocó y aprobó la Constitución.

Así, ha considerado que la Cámara debía rendirle «el último Homenaje, muy merecido», y también acoger el de todo el pueblo español.

Ha recordado que Suárez fue quien le nombró gobernador civil de Huelva, cargo que ocupaba cuando la intentona de golpe de Estado de 1981.

La bandera española ondea ya a media asta en la fachada del Congreso y los ujieres están ya vestidos de gala, a la espera de la llegada del cuerpo.

También muchos ciudadanos se están acercando a la Carrera de San Jerónimo interesados por la hora en la que se abrirá la capilla.

Los restos mortales del primer presidente de la democracia española estarán custodiados por soldados de los tres Ejércitos y agentes de la Guardia Civil, en un ceremonial que se estrenó el 4 de mayo de 2008 con Calvo-Sotelo.

El entonces presidente del Congreso, José Bono, resaltó aquel día el valor simbólico que tenía el hecho de que las fuerzas armadas entraran de nuevo la Cámara Baja para rendir tributo a un presidente democrático 27 años después de que los guardias civiles hubieran asaltado el Congreso en la intentona golpista del 23-F.

Adolfo Suárez ocupaba el banco azul en aquella fecha histórica, todavía como presidente, y no se arredró cuando los agentes encabezados por el teniente coronel Antonio Tejero irrumpieron a tiros en la sesión de investidura de Calvo-Sotelo.

Y al igual que las puertas del Palacio de las Cortes se abrieron para acoger los restos de su sucesor, ahora la sede del poder legislativo será el escenario de su último homenaje, tanto por parte de los ciudadanos como de las principales autoridades institucionales.

El féretro se expondrá en el Salón de Pasos Perdidos cubierto por una enseña nacional y custodiado permanentemente por militares y guardias civiles.

Después, cuando se cierre la capilla, antes de su traslado al lugar de su enterramiento, el féretro será despedido desde el Palacio de las Cortes con honores de Estado, cubierto con la bandera de España y bajo los acordes del himno nacional.