Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, y Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía. | Archivo

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Convencido de tener su propio espacio político, el PSOE de Pedro Sánchez está dispuesto a presentarse «con la cabeza muy alta» ante la ciudadanía, con un proyecto «riguroso y viable» que ofrezca soluciones «para la mayoría», y no con medidas «estrambóticas» ni «populistas» como Podemos.

Es una reflexión que realiza, en una entrevista con Efe, la secretaria de Bienestar Social del PSOE, María Luisa Carcedo, una veterana socialista asturiana, bregada en la gestión sanitaria y recién llegada a la Ejecutiva Federal que lidera Sánchez.

Una dirigente que defiende además la vigencia de los partidos y de las ideologías, así como la necesidad «imprescindible» de la política y de los políticos, frente a otras fuerzas que quieren «denostarlos».

Según aduce, la política es «imprescindible» para la prosperidad de un país, porque «una sociedad no existe sólo con intereses individuales y que cada uno se las apañe», sino que hacen falta infraestructuras o equipamientos colectivos y la labor de unas instituciones que gestionen eso con una orientación política.

Carcedo, que se declara escéptica «con eso de la derecha y la izquierda», insiste en que el PSOE «es un partido con vocación mayoritaria, no un partido testimonial», y, «desde luego, no ofrece soluciones estrambóticas ni populistas».

«Si eso es estar más en el centro, pues bien», sentencia, después de preguntarse «¿dónde está el izquierdómetro?» o quién mide si un partido es más o menos de izquierdas que otro.

De lo que se trata, según su criterio, es de que el proyecto político alcance a la mayoría de la ciudadanía, en concreto a la clase media, hacia la que se dirigen las miradas de los socialistas en su intento de que nadie quede fuera de la «barcaza» del estado del bienestar, de las dinámicas de desarrollo económico y protección social.