El candidato a la presidencia del Gobierno de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en el debate electoral que ha organizado la Universidad Carlos III de Madrid en el que también ha participado el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera | Efe

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Cuando se cumplen casi dos años de la irrupción de Podemos en el mapa político español, el partido morado afronta en menos de un mes el reto para el que nacieron, «ganar las elecciones generales», y lo hace con un discurso sustancialmente diferente al que les sirvió para dar la sorpresa en las europeas de mayo y obtener cinco eurodiputados en su primera comparecencia electoral.

Una asamblea constituyente y tres citas electorales después --las andaluzas, las municipales y autonómicas y las catalanas--, Podemos ha dejado atrás algunos de sus principales postulados y señas de identidad, como la apertura de un proceso constituyente, o su continuo ataque a la denominada «casta», término que ya apenas aparece en las intervenciones públicas de Pablo Iglesias y el resto de dirigentes.

Lo que algunos de sus simpatizantes más críticos --incluido el exdirigente y cofundador Juan Carlos Monedero-- tachan de «moderación», la formación lo achaca a la necesidad de asumir la «responsabilidad de Estado» y la «madurez» que requiere haberse convertido en una fuerza «con opciones de Gobierno».

«Cuando aspiras a presidente de tu país tienes que demostrar una solvencia que implica la mejora y la revisión de ciertas cosas. Creo que eso es bueno», aseguró Iglesias en un foro al ser preguntado precisamente sobre esta cuestión, días después de reconocer que Podemos ya no aspira a conseguir una nueva Constitución sino a «mejorar la existente». A continuación, se recogen esta y otras nueve cuestiones en las que Podemos ha «moderado» su discurso:

1. Del proceso constituyente a «mejorar la Constitución»

En su primer discurso tras ser proclamado oficialmente secretario general de Podemos, el 15 de noviembre del año pasado, Iglesias dejó claras las intenciones de su formación: Defender el «derecho a decidir sobre todas cosas». «Discutamos de todo y con todos. Un proceso constituyente para abrir el candado del 78», sentenció el líder de la formación morada ante los aplausos de un abarrotado Nuevo Teatro Apolo.

No obstante, Iglesias confirmó hace una semana en una charla ante universitarios lo que ya se daba por hecho: Que la formación ha abandonado la pretensión de iniciar un proceso constituyente, y la ha sustituido por la necesidad de llevar a cabo una reforma --a fondo, eso sí-- de la Constitución. El motivo, que dudan «que haya una mayoría social en España que quiera una nueva Constitución».

2. De criticar el «régimen» del 78 a recuperar el «espíritu» de la Transición

«El cambio tiene que ver con la posibilidad de construir una alternativa frente a un régimen que se derrumba, el régimen de la corrupción», defendió también Iglesias aquel 15 de noviembre de 2014, cuando la palabra «régimen» para hacer referencia al sistema surgido de la Transición se había convertido ya en eje del argumentario de Podemos.

Un año después, sin embargo, los dirigentes de Podemos apenas usan este término para referirse al modelo surgido del 78, y cada vez son más sus alabanzas al «pacto constitucional» alcanzado entonces. «Aquella Transición, a pesar de sus límites, fue un éxito político», afirmó Iglesias recientemente. Días después, defendía la necesidad de recuperar el «espíritu» del 78 para actualizar el «gran acuerdo» que supuso.

3. El término «casta», ausente

También brilla por su ausencia en las intervenciones públicas de los dirigentes de Podemos el término que se convirtió en seña de identidad de la formación: La llamada «casta», un concepto que, según Iglesias, sirve para determinar a aquellos que «utilizan su situación política para obtener privilegios».

El motivo de que cada vez se les escuche menos hablar de la «casta» lo explicó el propio líder de Podemos recientemente, utilizando para ello unos versos de Machado: «Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor».

4. «El cielo se toma por asalto», pero «llamando al timbre»

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Pablo Iglesias recurrió a Karl Marx para proclamar en la Asamblea constituyente de Podemos celebrada en Vistalegre, en octubre de 2014, que «el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto». Ahora, un año después, Iglesias matiza que en democracia, «los asaltos se hacen llamando al timbre».

5. Del impago de la deuda a la reestructuración

Lejos ha quedado también una de las 'medidas estrella' que sirvieron a Podemos para hacerse notar y generar los recelos de las tan criticadas «élites económicas y políticas": El impago de la deuda pública. «Hay que derogar el artículo 135 de la Constitución española y una moratoria para llevar a cabo una auditoría ciudadana de la deuda que determine qué partes de la misma no son legítimas; las deudas ilegítimas no se pagan», asegura el manifiesto 'Mover ficha: convertir la indignación en cambio político', germen de Podemos.

Aunque la formación sigue firme en su determinación de derogar el artículo 135 de la Carta Magna, que consagra el principio de estabilidad presupuestaria, ya no pide el impago de la deuda, sino la puesta en marcha de una auditoría y una reestructuración «de la deuda pública vinculada a las ayudas públicas al sector financiero».

6. De la nacionalización de la banca privada a la auditoría

En aquel manifiesto que precedió a la presentación de Podemos en sociedad en enero de 2014 también se pedía «la nacionalización de la banca privada». Esta propuesta se fue diluyendo ya en su programa para las europeas y ahora, en el de las generales del próximo 20 de diciembre, piden, por ejemplo, realizar una «auditoría independiente de todas las entidades financieras que han recibido ayudas públicas para determinar las que debe asumir el sistema bancario privado».

7. Recuperación de sectores estratégicos, algo «excepcional»

En su programa de las europeas, Podemos también defendía la «recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía» tales como telecomunicaciones, energía o transporte. Aunque Iglesias siguió defendiendo esta medida meses después, poco a poco ha ido rebajando el tono, hasta admitir que «las nacionalizaciones son algo excepcional».

8. Jubilación: de los 60 a los 65 años

El programa de las europeas recogía la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales y de la edad de jubilación a 60 años. Podemos sigue manteniendo su aspiración de conseguir una jornada laboral de 35 horas, pero sube la edad de jubilación a los 65.

9. Pacto yihadista: Lo rechazan, pero asisten a las reuniones

Podemos sigue sin suscribir el pacto antiyihadista que PP y PSOE firmaron en febrero para combatir este tipo de terrorismo. Sin embargo, sí ha querido estar ahora presente en las reuniones, según defienden, para poner sus propuestas sobre la mesa, aunque no estén de acuerdo con el contenido del acuerdo.

10. De salir de la OTAN a pedir «más autonomía», pero dentro

El mencionado manifiesto 'Mover ficha: convertir la indignación en cambio político' de enero de 2014 reclamaba el surgimiento de una candidatura que rechazara «las intervenciones militares» y que defendiera «la salida de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)».

A ello se comprometió públicamente el propio Iglesias en noviembre del año pasado. No obstante, esta promesa se ha transformado ahora en el compromiso de «buscar dotar de una mayor autonomía estratégica tanto a Europa como a España» en el seno de esta organización.