Sin referirse concretamente a Cataluña, el monarca ha hablado sobre la necesidad de adaptarse a las normas del juego democrático. | J. J. Guillén

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El Rey ha pedido a los parlamentarios reunidos en la solemne sesión de apertura de la XII legislatura el «diálogo y entendimiento» exigible a «cualquier régimen de libertades», un diálogo que, ha advertido, «debe ser sincero y leal» e impulsado por el «espíritu fraternal entre todos los españoles».

Varias han sido las referencias de Felipe VI al diálogo en su alocución en el Congreso, donde ha apuntado que «nuestro pluralismo político requiere de un diálogo permanente y un debate siempre constructivo», el cual reclama que «la generosidad, el respeto y el entendimiento sean valores permanentes en la vida pública».

También ha subrayado que esta actitud demanda «la voluntad y la capacidad de llegar a acuerdos, de lograr la mayor concertación en las cuestiones básicas» y necesita «el compromiso de todos con el interés general para resolver los problemas de los ciudadanos».

«España no puede negarse a sí misma»

Tras estas consideraciones, el monarca ha realizado también comentarios sobre la soberanía nacional, subrayando que «España no puede negarse a sí misma tal y como es», y no puede «renunciar a su propio ser» como tampoco al «patrimonio común construido por todos y desde el que debemos seguir edificando un futuro compartido».

Sin referirse explícitamente a la situación en Cataluña, ha defendido el respeto y observancia de la ley y de las decisiones de los tribunales porque constituyen una garantía esencial de la democracia.

«En un Estado de derecho -ha proseguido- la primacía de la ley elimina la arbitrariedad de los poderes públicos y asegura el ejercicio de derechos y libertades de los ciudadanos».