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El volumen de peces muertos en el Mar Menor en los últimos días supera ya al fatal episodio ocurrido en el año 2019. El Gobierno de Murcia baraja una cifra de aproximadamente cinco toneladas de peces muertos tras observar la bolsa anóxica que ha provocado esta fatalidad desde hace varios días intentando salir al Mediterráneo por la gola de Marchamalo.

"La mortalidad se ha producido en animales pertenecientes a una amplia variedad de especies -especialmente peces y crustáceos- que desarrollan su actividad en el fondo o muy cerca del mismo, pero de talla predominantemente pequeña con menor capacidad de escape", han explicado los expertos del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), que están analizando las evidencias científicas disponibles para esclarecer las causas de este acontecimiento de mortalidad masiva de peces.

Después de nueve días la situación en el Mar Menor continúa siendo realmente preocupante y el ejecutivo autonómico solicitará al Gobierno central que se declare como zona afectada gravemente por emergencia de protección civil, una declaración apoyada por el Ayuntamiento de Cartagena.

"La declaración puede ser una decisión en la buena dirección y tiene que estar acompañada de medidas extraordinarias para ayudar al Mar Menor a recuperarse y para la puesta en marcha inmediata de las inversiones necesarias para cortar la entrada de agua dulce con nitratos, que es la causa directa de esta catástrofe natural", señalaba la alcaldesa del municipio, Noelia Arroyo.

Desgraciadamente, esta crisis medioambiental no es un acontecimiento nuevo. En 2019 aparecieron toneladas de peces muertos debido a la falta de oxígeno provocada por los vertidos de la agricultura. Las aguas se tiñeron de una tonalidad verde que las organizaciones denominaron como "sopa verde". De hecho, las organizaciones como la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y WWF ya habían alertado sobre esta situación de deterioro y la posibilidad de que volviese a ocurrir algo similar.

Estas organizaciones consideran que "no se puede asegurar que la causa de la muerte no es la falta de oxígeno, argumentando que la zona donde han aparecido los peces muertos presentaba niveles normales de este elemento", señala ANSE en un comunicado en el que exigen una investigación sobre lo ocurrido en profundidad.

Las organizaciones ecologistas habían alertado de que este tipo de catástrofe volvería a suceder por los vertidos, principalmente por la contaminación de la agricultura intensiva, pero desde la Consejería de Medio Ambiente del ejecutivo regional niegan que este sea el motivo y lo relacionan con el aumento de las temperaturas.

"ANSE y WWF discrepábamos de las interpretaciones que relacionaban la mortalidad a una situación localizada de aumento de temperatura y advertíamos que la elevadísima mortalidad presentaba todos los síntomas correspondientes a la falta de oxígeno", añade WWF en un comunicado.

Desde el Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) recuerdan que "tanto la temperatura media del agua como la frecuencia e intensidad de los eventos extremos de calor mantienen una tendencia creciente" y que podría ser esperable que este factor "contribuya al deterioro del Mar Menor y dificulte su recuperación".

No obstante, indican, "los organismos que habitan en este tipo de ecosistemas se encuentran especialmente adaptados a los cambios ambientales bruscos", por lo que es más complicado que "se vean afectados por un leve incremento de temperatura". Asimismo, "la alteración previa por la eutrofización disminuye su resiliencia".

El director de ANSE, Pedro García, ha señalado a 20minutos que lo que está ocurriendo ahora mismo en el Mar Menor es un aso de eutrofización, esto es, una contaminación del agua por determinados nutrientes que "provienen de la agricultura intensiva". Esto genera una proliferación poco usual de determinados tipos de algas que bloquean la luz y consumen el oxígeno, lo que acaba con la vida de muchas especies de peces que habitan en esta laguna salada.