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Yolanda Díaz sigue sin decir a las claras que será candidata en las próximas elecciones generales, pero sus mensajes y sus acciones van decantando cada vez más la balanza. Este sábado, la vicepresidenta del Gobierno y líder de la plataforma Sumar se dio un auténtico baño de masas en Barcelona, donde celebró un acto acompañada de la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, ante un auditorio de más de 2.000 personas lleno hasta la bandera. Allí, Díaz utilizó un tono mitinero poco habitual en ella, y buena muestra de que ha entrado en precampaña es que se permitió criticar veladamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por tener previstas varias reuniones con fondos de inversión en vivienda la semana que viene en el Foro de Davos.

La vicepresidenta evitó de nuevo concretar cuál será el futuro de su plataforma, aunque casi al final de su discurso, y entre un caluroso aplauso, tuvo un arranque de improvisación en el que aseguró que "hay que seguir sumando, y si vosotras seguís sumando, yo... seguramente lo vamos a conseguir". Más allá de eso, sin embargo, el discurso giró en torno a las políticas públicas que ha puesto en marcha el Gobierno durante la legislatura -los ERTE, la reforma laboral o la subida del salario mínimo se llevaron la mayor parte de los elogios- y, especialmente, en torno a las que Díaz considera que aún faltan.

Entre estas últimas, la vicepresidenta se refirió especialmente al acceso a la vivienda, que en Barcelona y el resto de las principales ciudades españolas es un problema de primer orden. Y fue ahí cuando cargó, aunque sin mencionarle expresamente, contra Sánchez, que la semana que viene acudirá a la reunión anual del Foro de Davos y que el próximo martes tiene agendadas, en el marco de ese evento, varias reuniones con fondos como Blackrock, con una importante presencia en el mercado de alquiler de vivienda en España.

«En nuestro país, junto al desempleo, el problema principal se llama alquiler: es misión imposible sufragarlo», denunció Díaz, que aseguró que «la vivienda es un derecho fundamental, no un bien de especulación», y por tanto debe limitarse su precio. Y fue entonces cuando aseveró que "no se trata desde las políticas públicas de dar tranquilidad a los fondos de inversión en Davos, el objetivo de Sumar es dar tranquilidad a las familias para que puedan vivir en sus casas".

"Y estoy convencida de que si negociamos con Blackstone y Blackrock lo van a entender, porque si hay algo peligroso en las sociedades democráticas es el malestar social, que lo incendia todo«, espetó Díaz, que alertó de que ceder ante las grandes empresas solo beneficia al »partido del odio«, en referencia a Vox, al que en otro momento calificó como »la barbarie«. »Nosotros no queremos incendios, sino una sociedad donde vivamos bien", zanjó.

La vicepresidenta sí se refirió expresamente al presidente de la principal patronal catalana, Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, que ha lamentado que -a su juicio- Díaz «demonice» a los empresarios y a los beneficios empresariales «para fortalecerse» en el espacio de la izquierda. "Foment del Treball manifiesta con rotundidad que ni los empresarios ni los beneficios empresariales son los responsables del incremento de precios del sector alimentario", aseguró la patronal en un comunicado después de que la vicepresidenta acusara a algunas grandes compañías del sector de «forrarse» con el alza de los precios.

«El presidente de Foment es como Feijóo, todo lo que favorece a la gente les parece mal», ironizó Díaz, que le envió «un mensaje» tras sus «palabras gruesas». «Se han salvado 550.000 empresas con millones de euros de los impuestos de este país», espetó Díaz, que afirmó que "no es decente que, mientras la gente tiene salarios de 1.000 euros, unas poquitas empresas hoy no se estén comprometiendo con su país". "Las familias españolas tienen dificultades para hacer la cesta de la compra, y el president de Foment debería comprometerse con la gente de España y de Cataluña para que la gente no tenga dificultades", aseveró.

La vicepresidenta, además, lanzó un mensaje dirigido a Cataluña y aseguró que «será el tiempo y la gente los que decidan qué quieren hacer con la historia», en referencia a una posible consulta sobre el modelo territorial de España. «No me gustan mucho las grandes palabras, porque a veces pueden confundir», apuntó.