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Era la ley estrella del Ministerio de Igualdad, la cartera santo y seña de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición junto al PSOE. La Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como 'ley del solo sí es sí', se aprobó en agosto con el fin de proteger más a las mujeres, con medidas como acabar con la distinción entre agresión y abuso sexual, entre otras.

Pero tras varios meses de lo que el Gobierno ha calificado como "consecuencias indeseadas de la ley", es decir, la reducción de condenas a delincuentes sexuales, el propio Ejecutivo ha decidido. según publica La Vanguardia, modificar la norma, algo a lo que hasta ahora se negaba la ministra de Igualdad y su partido, Unidas Podemos.

En su día, las legisladoras del negociado dirigido por Irene Montero no tuvieron en cuenta algo que muchos juristas advertían antes de la aprobación de la ley, pero que Unidas Podemos calificaba como "propaganda machista": que al unirse los dos tipos delictivos en un solo tipo, la agresión, el tipo básico de agresión que se recogía en la ley anterior, reduce el límite máximo de la pena y pasa de 1 a 5 años en la antigua normativa, a 1 a 4 años con la nueva legislación.

En efecto, tras la entrada en vigor de la norma, han sido muchos los jueces que han revisado casos y, en aplicación de la ley, han rebajado e incluso excarcelado a agresores sexuales, partiendo desde el principio que cuando hay una colisión entre dos normas penales cuya vigencia temporal ha sido diferente, debe aplicarse la que es más favorable para el reo.

El goteo de rebajas ha sido incesante, hasta alcanzar las 250 que se cuentan en la actualidad, según recoge ElDiario. Durante este tiempo, y ante las voraces críticas de la oposición (y llamamientos de algunas voces del PSOE y de la izquierda a rectificar), Irene Montero se enrocaba en su posición, alegando que eran "rebajas de penas que no corresponden con el decreto de la Fiscalía, ni con el espíritu y la voluntad del legislador". Es más, la número dos del Ministerio, Ángela Rodríguez 'Pam', ironizó sobre estas rebajas de penas a violadores en un evento del partido, lo que le valió un aluvión de críticas que la forzó a pedir disculpas, si bien acusando al mensajero.

El Gobierno intentó apagar el fuego añadiendo una enmienda en la exposición de motivos del Código Penal, pero este gesto no tuvo ninguna consecuencia y las reducciones de condenas a los violadores se siguieron produciendo.

Alarmas encendidas ante las elecciones

Finalmente, y tal y como recoge La Vanguardia, la fuerza de las críticas y la proximidad de los comicios locales y autonómicos del 28 de mayo han encendido las alertas en la parte socialista del Gobierno, que ha exigido una rectificación de la ley a Unidas Podemos, hasta el punto de que estaba dispuesto, según La Vanguardia, a imponer el cambio si la formación morada seguía paralizada.

Según el diario barcelonés, los socialistas han convencido a sus socios de que una modificación de la norma sería un mal menor, pero en realidad no tienen esperanzas de que las modificaciones frenen las rebajas de penas y las excarcelaciones de violadores, algo que depende en última instancia de los jueces.

Aunque las rebajas de las penas seguirán siendo utilizadas en la batalla política que empieza a hora de cara al 28-M, la idea del PSOE es que de alguna manera se limite el daño de reputación que el Ejecutivo ha recibido tras la aprobación de una ley que no solo no ha transmitido una mayor protección a las víctimas, sino que ha despertado incluso cierta alarma social.

Así, a partir de ahora será el propio Ministerio de Igualdad el que acometa la reforma de la ley, y lo hará en colaboración con el Ministerio de Trabajo, liderado por la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Según La Vanguardia, aún no hay ninguna propuesta sobre qué aspectos de la norma se van a tocar, pero la idea es que sea la propia Irene Montero la que acometa los cambios y los defienda, sin que haya injerencias del Partido Socialista en lo que para Unidas Podemos era su legado de oro en su etapa en el Gobierno, pero que se ha convertido en una cruz para el partido morado que será difícil de soportar.