El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Efe - Fernando Calvo

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha exigido saber desde dónde se toman las decisiones que afectan a los españoles y si «el Gobierno está en Ginebra», una «humillación» que su formación no va a aceptar. «¿Por qué España tiene que negociar su futuro en el extranjero?», ha exclamado Feijóo ante el Comité Ejecutivo Nacional de su partido, a las puertas de que este sábado se celebre en Ginebra (Suiza) la primera reunión entre PSOE y Junts. A nadie se le escapa el simbolismo asociado a la capital helvética; unos llaman al objeto del encuentro «diálogo», otros «negociación» y esto es un aspecto central.

Tampoco es baladí el comentario sobre la escenografía escogida para la reunión entre socialistas e independentistas catalanes en Ginebra, más bien propia de resolución de conflictos armados, como vimos por ejemplo en los acuerdos del Viernes Santo entre el IRA y el gobierno británico de turno. En procesos como este toma relevancia la figura del mediador, un agente neutro que se ocupa de velar por la observancia de las normas de relación entre ambos sectores y a la postre asegure el cumplimiento de las conclusiones.

Sobre el mediador no escatiman críticas los 'populares'. Este pasado jueves su líder nacional denunció la «ocultación» del Gobierno respecto a esta figura. El concepto del mediador internacional ha sido y es muy criticado en clave interna por parte de las derechas en nuestro país, así como de una parte de la base socialista, y condensa buena parte de las incógnitas abiertas alrededor de este asunto. Bien es cierto que los mediadores exigen discreción para sus operaciones como una especie de cláusula de confidencialidad asociada a su labor.

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En la primera entrevista ofrecida por Pedro Sánchez desde la reelección como presidente del Gobierno, el líder del ejecutivo volvió a defender la figura del verificador internacional, un «mecanismo excepcional» para facilitar el diálogo y eventualmente el acuerdo. «Si dos no se entienden, el que nos acompañe un tercero en esa labor de verificación es una buena noticia porque nos puede ayudar efectivamente a llegar a acuerdos». Se trata de «un mecanismo excepcional» como también lo es la situación de estos dos partidos «en el sistema político español». «Ojalá en un futuro no necesitemos este sistema de verificación porque eso significará que hemos construido una confianza» que hoy no existe.

Su portavoz en el Congreso, Patxi López, ha abundado en la idea de la requerida discreción ante la reunión en Ginebra y ha subrallado que «lo importante es el acuerdo, que será transparente», ha dicho. Quitando el foco de las sesiones de trabajo pretende ensalzar las conclusiones resultantes de un proceso abonado para la incertidumbre. «Tenemos que buscar el reconocernos primero los que tenemos planteamientos en ocasiones radicalmente distintos, y eso necesita tiempo y necesita una primera reunión y una segunda y una tercera. Y como partimos de esa enorme desconfianza mutua pues no está mal que haya un mecanismo que vaya dando fe o verificando lo que estamos hablando». «Cada vez que publicitamos una posición, se encasquilla y dificulta y a veces impide el acercamiento. Hagámoslo con discreción, como hemos hecho discretamente las negociaciones para conseguir los acuerdos para formar el Gobierno».

En el intrincado puzle que se nos presenta Junts no está carente de presión, con el horizonte certero de unas próximas elecciones catalanas y más a corto plazo un cierto clima interno reactivo al acercamiento al Gobierno de coalición de Sánchez y Díaz. Sobre la mesa quedan las incógnitas sobre un eventual pacto con el PP para plantear una moción de censura en caso de que no fructifiquen los encuentros periódicos con el PSOE. Según distintas fuentes, el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ya se ha puesto en marcha.

Según los medios internacionales las conversaciones con el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Mandred Weber, ya se han iniciado. Algunos afirman que Puigdemont estaría dispuesto a apoyar una moción de censura promovida por los 'populares' contra el ejecutivo de coalición si Sánchez no cumple lo acordado al ritmo que Junts necesita. Para ello, haría falta un cierto propósito de enmienda del PP: alejarse de la extrema derecha de Vox y no tratar al expresident catalán cada vez que tienen ocasión «como un terrorista».