La vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar. | Efe - RODRIGO JIMÉNEZ

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Las aguas removidas entre Sumar y Podemos desde la salida de los morados del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados han vivido este pasado fin de semana un nuevo maremoto. La renuncia de la ‘número tres’ de Podemos y hasta hace pocos días diputada por Barcelona, Lilith Verstrynge, ha destapado nuevamente la caja de los truenos y se han vivido horas de dura refriega dialéctica en las redes sociales, entre quienes hace no muchos meses compartían plataforma electoral, y ahora compiten sin compasión por el mismo espacio político.

El escueto comunicado de Verstrynge no aludía en modo alguno a las causas de su adiós. No obstante, tanto Ione Belarra como Irene Montero emitieron sendos mensajes de apoyo en clave personal, deslizando una posible razón médica o cuanto menos personal como desencadenante de la decisión de abandonar la política. Hasta ahora, la trayectoria y la cercanía de Lilith Verstrynge a la cúpula de Podemos había sido una constante, a pesar de los últimos malos resultados en las convocatorias electorales más recientes.

Especialmente llamativas resultaron las palabras de la portavoz de Igualdad de Sumar, Elizabeth Duval. La joven escritora y ensayista ya ha tenido en el pasado choques sonados con Podemos, incluso con el mismo Pablo Iglesias personalmente. Duval, el pasado viernes, escribió en su perfil de redes sociales una reacción argumentada al anuncio de Verstrynge. Además, aprovechó para catalogar al partido como «secta irrespirable». «La 'nueva política' nunca debió convertirse en una picadora de carne, máquina a todo gas de quemar perfiles (...) Y hay reacciones tan cínicas a esta renuncia que asustan» esgrimió Duval. No pocos adjetivos se sucedieron desde el bando contrario.

A algunos sectores de Podemos, entre ellos los más activos en su tarea propagandística mediante las redes, parece no haberles sentado bien la reacción a la sorpresiva noticia de la renuncia de Verstrynge que adoptaron algunos entre las filas de Sumar. Curiosamente, el adiós de Verstrynge como secretaria de Organización de Podemos y como diputada desencadena la pérdida de uno de los cinco representantes que la formación obtuvo en el Congreso de los Diputados en las pasadas elecciones generales. La siguiente en la lista por Barcelona es una representante de los Comuns, con lo cual los partidos que apoyan al Gobierno de coalición sumarán a partir de ahora un apoyo más.

En el plano nacional, Sumar trata de alejarse de la refriega más embarrada y ya planea volcarse en la preparación de la candidatura a las elecciones europeas, una vez se diriman los comicios gallegos, y estima que se reeditará un frente amplio con buen encaje de los distintos partidos progresistas en las listas. Los de Yolanda Díaz remarcan que la prioridad ahora mismo son las elecciones gallegas, una cita en la que se juegan tener representación en el Parlamento regional y en la que aspiran a ser decisivos para provocar el cambio político y desbancar al PP de la Xunta.

Sin descuidar tampoco lo que ha de venir en el País Vasco, donde se desplegó una mesa de negociación con Podemos, IU y Equo para tratar de fraguar una candidatura conjunta, fuentes de la formación estiman que tras los comicios gallegos será el momento de activar de forma intensa las negociaciones para las europeas, más allá de las primeras tomas de contacto con los distintos partidos. En Sumar ya expusieron que no se iban a precipitar para construir su candidatura a las europeas, pese a que Podemos ya avanzó en diciembre que el 9J es su apuesta para rearmarse con la exministra Irene Montero a la cabeza. En Sumar son optimistas respecto a las perspectivas para esta cita electoral, pues ven opciones de poder incluso mejorar los resultados que obtuvo Unidas Podemos en 2019 y disponer de siete escaños.