Monólogo de la actriz Cristina Castaño sobre cortometrajes en la Gala de entrega de los Premios Goya 2018. | Youtube: RTVE

TW
0

Presentada como la edición más políglota -estaban nominadas películas en cuatro idiomas- la 32 gala de los Goya de este año ha hablado finalmente en euskera e inglés con Handia y La librería, una ceremonia feminista, aunque no tanto como se esperaba, y que ha estado marcada por el humor surrealista.

Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla se estrenaron como presentadores de la gala haciendo valer su humor políticamente incorrecto con un guión en el que han participado alguno de los candidatos a los premios y otros de los invitados, como el director Juan Antonio Bayona.

Un humor que a veces no han entendido alguno de sus destinatarios presentes en la gala, que ha durado cerca de tres horas y media, como dejaban ver sus expresiones ante la cámara.

Los albaceteños Reyes y Sevilla han dejado claro desde el primer momento que en la gala iban a reivindicar el papel de la mujer y han salido con los abanicos rojos que había repartido la Asociación de Mujeres Cineastas donde se pedían #MasMujeres» en las películas.

«Esta noche queremos reivindicar el papel de la mujer. Es muy importante para nosotros reivindicar ese papel y por eso la gala la presento yo. Bueno, yo y mi mujer, que es Joaquín, porque me aguanta a diario y es más inteligente que yo. Y está cobrando la mitad, ha asegurado Ernesto Sevilla.

Y ha habido para todos: de la cinta Handía han dicho: se supone que es un drama «pero yo la veo más como de ciencia ficción y no por el gigante, sino porque hay un vasco que al final folla».

De El autor han señalado: «lanza un mensaje muy claro: hay que vivir muchas experiencias para escribir un buen libro. Con lo cual a lo mejor Froilán lo que está haciendo es vivir a tope para escribir un libro cojonudo. O un audiolibro, ya veremos».

Reyes ha deambulado entre las butacas y, al acercarse a la directora Leticia Dolera, una de las voces más reivindicativas de la escena, ha preguntado a sus vecinos de asiento: ¿qué queréis culo o huevada?. Y ella se ha referido a la gala como «un campo de nabos maravilloso».

Los abanicos rojos han sido especialmente visibles durante el discurso de Nora Novas, vicepresidenta segunda de la Academia, que ha garantizado que esta institución será un referente en términos de igualdad. Novas y el vicepresidente primero de la Academia, Mariano Barroso, han destacado que hablaban en la gala en el nombre de la presidenta Yvonne Blake, que se encuentra convaleciente.

Otro homenaje ha tenido lugar antes de entregar el Goya a los mejores efectos especiales, cuando todos los asistentes a la gala se ha puesto en pie para aplaudir a uno de los maestros en esta disciplina, Reyes Abades, fallecido hace dos días. Ganador de nueve Premios Goya, estaba doblemente nominado esta noche por Oro y Zona hostil.

Además de reivindicar la igualdad de las mujeres, los ganadores al mejor actor y mejor actriz, Javier Gutiérrez por El autor y Nathalie Poza por No sé decir adiós, respectivamente, han recordado las dificultades de la profesión.

«Un oficio hermoso y cruel el de actor», ha dicho Gutiérrez, que ha dedicado el premio a esos compañeros y compañeras que «no tienen la suerte de que suene el teléfono y no tienen oportunidad para demostrar su talento», mientras que Poza ha animado a «saltar» a los que quieran dedicarse a esta profesión que a ella, ha dicho, le ha salvado la vida.

La gala no ha impresionado a Julita Salmerón, protagonista de Muchos hijos, un mono y un castillo, que se ha hecho con el Goya a la mejor película documental que ha dirigido su hijo.

Salmerón ha salido al escenario preguntándose: ¿Qué hago yo aquí, una mujer insignificante: Me van a conocer en toda España, no voy a poder ir a la compra con el carrito» para dedicar después el premio a todas las madres y a todas las mujeres.

Una estatuilla, la de Goya, sobre la que Adelfa Calvo, mejor actriz de reparto por El autor ha dicho: «Uy, qué cabeza más grande; ya me lo habían dicho, pero ya es mi niño y me parece precioso».