Guardamar adquirió un papel destacado durante la Guerra de los Dos Pedros, una serie de conflictos bélicos intermitentes entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, de 1356 a 1369. | Frank Meitzke

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El misterioso caballero ajusticiado de la segunda mitad del siglo XIV cuyo esqueleto ha sido hallado en una fosa de la muralla medieval del castillo de Guardamar del Segura (Alicante) había recibido más de 25 cuchilladas, además de golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo, unas lesiones muchas de ellas mortales de necesidad, un ensañamiento que lo distingue y que lleva a los especialistas a pensar que se tratara de un personaje relevante en la época.

Así se desprende del estudio del cadáver de este individuo de identidad desconocida pero que se cree que fue un personaje relevante relacionado con la Guerra de los Dos Pedros, una serie de conflictos bélicos intermitentes entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, de 1356 a 1369, donde la localidad de Guardamar adquirió un papel destacado.

Sometidos al Carbono-14 para autentificar la antigüedad, los restos mortales corresponden a un hombre de entre 45 y 50 años y que medía 1,65 metros de altura, ha informado a EfeTV la osteoarqueóloga (especialista en huesos antiguos) Mari Paz de Miguel.

Se sospecha de una tortura o, como mínimo, de «un ajusticiamiento con ensañamiento» porque muchas de las heridas «no tendrían sentido en un enfrentamiento y se descarta una pelea o muerte en la batalla» porque en esos casos no presentaría la «dispersión de heridas» que se aprecian en este caso.

Además, según la osteoarqueóloga, la posición en que se ha hallado el cadáver en el sustrato correspondiente al siglo XIV es «totalmente anómala» ya que no se corresponde con ningún ritual funerario de la época en ese contexto cristiano, está en una fosa sin más restos mortales y la pierna izquierda tiene un ángulo que no se puede hacer en vida, además de observarse roto el ligamento rotuliano, una lesión en el fémur y el brazo también fracturado.

«Tiene tal complicación que es uno de los esqueletos medievales en España con más heridas de violencia, y a nivel europeo es uno de los que más, si no es el que más», según la especialista.

En los más de 25 cortes de arma blanca contabilizados en los huesos, los hay de todo tipo. Desde asestados por la parte delantera a por la espalda y que afectan a todas las partes del cuerpo, muchas de ellas «mortales de necesidad».

Cinco se sitúan en la zona de la pelvis y dos en la cavidad abdominal, además de presentar una lesión en la costilla que penetra al pulmón, una herida en el frontal del cráneo con un gran orificio de desprendimiento del hueso, seguro mortal, y otras más pequeñas que también probablemente penetraron en el cerebro.

Los arqueólogos han observado, del mismo modo, algunas fracturas en las costillas que hacen sospechar de golpes y contusiones también en los dientes.

Este sorprendente hallazgo en la campaña arqueológica de 2019 en una fosa de la muralla de poniente del castillo medieval podría convertirse en un «espaldarazo» para Guardarmar, una ciudad que en 2021 cumple 750 años desde su fundación, ha deseado el alcalde de la localidad, José Luis Sáez, del PSPV-PSOE, que ha definido la ciudad como un «parque temático arqueológico» por los restos de las colonias fenicias, musulmanas, romanas e íberas.

Junto al conservador cultural municipal, Francisco Javier Parres, el arqueólogo Eduardo López ha calificado el hallazgo de «excepcional» y ha asegurado que este individuo «no fue enterrado sino tirado en una fosa sin miramientos» en un acto puntual caracterizado por «la saña» utilizada.