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Uno de los accidentes urbanos más comunes, aparte de los atropellos, son las colisiones con ciclistas y motoristas al abrir las puertas del vehículo estacionado. Este tipo de siniestros son muy peligrosos ya que, aunque el coche se encuentra parado, los usuarios de dos ruedas sí que están en marcha y pueden sufrir un fuerte impacto dependiendo de la velocidad a la que circulen.

Para evitar este tipo de incidentes y contribuir a mejorar la seguridad vial de estos usuarios vulnerables, la Guardia Civil recomienda desde sus perfiles en redes sociales una curiosa técnica muy utilizada en algunos países europeos con gran presencia de ciclistas.

En concreto, es muy común en los Países Bajos y de ahí su nombre: 'holandesa'. Abrir las puertas del coche para bajar a la acera o calzada una vez estacionados a 'la holandesa' consiste en accionar la manilla de la puerta con la mano contraria a la que sería natural. Es decir, en el asiento del piloto, utilizar el brazo derecho en vez del izquierdo y en el del copiloto, el izquierdo en vez del derecho.

Esta forma de proceder obliga tanto a conductor como a pasajero a cubrir con la mirada una zona mucho más amplia. Igualmente, se comprueban los espejos retrovisores y la zona trasera al girarse para salir. Además, la puerta se puede abrir ligeramente y no del todo para avisar a los posibles conductores que vengan por detrás de que se va a abandonar el coche.

Utilizar de manera habitual esta técnica puede ayudar a reducir las colisiones de motoristas y ciclistas pero de igual manera aumenta la seguridad del conductor y los pasajeros cuya puerta quede en la calzada, evitando ser arrollados por los vehículos que circulan. Además, se evitan del mismo modo posibles desperfectos en las puertas del vehículo que, en caso de producirse, pueden tener un alto coste de reparación.