Los investigadores recomiendan extremar el cuidado de la alimentación durante la lactancia, como un período crítico en el que es posible corregir alteraciones metabólicas en la descendencia. | Josep Bagur Gomila

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Una dieta saludable durante el período de lactancia consigue normalizar el contenido lipídico (concentraciones de distintos tipos de grasas) en la leche materna y prevenir alteraciones metabólicas en la descendencia. Así lo ha constatado un reciente estudio llevado a cabo por un equipo del área de Obesitat i Nutrició del Centre d’Investigació Biomèdica en Xarxa (Ciberobn) de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y del Institut d’Investigació Sanitària de les Illes Balears (Idisba), en colaboración con el Instituto de Fisiología de la Academia Checa de Ciencias. Los resultados se han publicado en la revista Molecular Nutrition & Food Research.

A través de este estudio se buscó evaluar, en un modelo animal, si normalizar la dieta materna durante la lactancia logra prevenir los efectos nocivos que el consumo de una dieta obesogénica (que promueve la obesidad en el ser humano) antes y durante la gestación ejercen sobre el lipidoma o perfil lipidómico (el conjunto de los cientos de lípidos) en la leche y el plasma de la descendencia, y se descubrió que sí es posible conseguirlo.

Estos nuevos conocimientos son relevantes, puesto que, además de las evidencias existentes sobre la importancia del entorno nutricional durante la vida fetal para el correcto crecimiento y salud posterior de la descendencia, muestran que la recuperación de una dieta materna más saludable durante la lactancia puede prevenir, por lo menos en parte, trastornos metabólicos en la descendencia causados por la mala alimentación y obesidad durante las etapas prenatales.

Equipo de Obesitat i Nutrició, con Andreu Palou y Catalina Picó al frente. Foto: A.C./UIB.

Patologías crónicas

Estudios de intervención previos en modelos animales demostraron que la ingesta de una dieta obesógena durante el período perinatal afecta a la función de la glándula mamaria y, por tanto, a la composición de la leche, haciendo que estas alteraciones puedan «programar»    a la descendencia para una mayor propensión a desarrollar patologías crónicas en la edad adulta. Atendiendo a ello, los investigadores vieron interesante estudiar posibles estrategias de intervención durante el período de lactancia para prevenir los efectos adversos causados por una dieta desequilibrada materna durante la gestación, o incluso anterior. Para ello, analizaron el perfil lipidómico para determinar las alteraciones que pudieran estar involucradas con el riesgo para la descendencia de desarrollar enfermedades en etapas posteriores, analizando también el perfil del plasma de las crías en la etapa final de la lactancia.

Los resultados de este estudio demostraron que el consumo materno de una dieta obesógena durante todo el período perinatal (en concreto, desde un mes antes de la gestación y durante la gestación y lactancia) provoca un cambio notable en la composición lipídica de la leche y en el plasma de sus crías en edad temprana. Estas alteraciones fueron ampliamente revertidas tanto en la leche de las madres a las que se implementó una dieta equilibrada durante la lactancia como en el plasma de su descendencia. Los autores del estudio, dirigido por la doctora Catalina Picó, estudian ahora la medida en la que estos resultados (obtenidos en un modelo animal) pueden extrapolarse a humanos. En cualquier caso, recomiendan extremar el cuidado de la alimentación durante la lactancia, como un período crítico en el que es posible corregir alteraciones metabólicas en la descendencia.