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En la Tierra, la diversidad lingüística es una realidad palpable. En España, por ejemplo, cada habitante puede adivinar en pocos segundos la región de la que procede otro solo con oírle hablar y captar su acento. La formación de idiomas es un tema fascinante, especialmente cuando consideramos el futuro de los colonos espaciales.

Con la expansión humana en el sistema solar, surgirá la interesante pregunta de qué tipo de acentos e idiomas podrían desarrollarse en entornos de otros planetas.

Los acentos se imitan

Jonathan Harrington, director del Instituto de Fonética y Procesamiento del Habla de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich, en Alemania, explica a Live Science que "los acentos nuevos surgen por imitación. Recordamos los sonidos y las palabras de una conversación, y estos pueden tener una pequeña influencia en la forma en la que hablaremos en el futuro".

"El cambio de acento debería ser aún mayor en el espacio porque el contacto o la influencia de la comunidad de origen es aún más difícil".

En el 2019, Harrington estudió los cambios fonéticos de un grupo de 11 investigadores que pasaron un invierno completamente aislado en un laboratorio en la Antártida. El grupo estaba conformado por ocho científicos de Inglaterra (cinco con acentos sureños y tres con norteños), uno del noroeste de Estados Unidos, uno de Alemania y otro más de Islandia.

Durante su tiempo juntos, los investigadores se dieron cuenta de que cada uno atravesaba cambios fonéticos y colectivamente empezaban a pronunciar ciertos sonidos de manera diferente, así como usar otras partes de sus bocas para emitirlos. Es decir, estaban formando un acento propio, derivado del de cada uno de ellos.

Harrington sugiere que algo similar podría suceder en Marte. "Exactamente lo mismo sucedería en cualquier entorno en el que los individuos estén aislados durante un periodo prolongado, ya sea en la Antártida o en el espacio. De hecho, el cambio de acento debería ser aún mayor en el espacio porque el contacto o la influencia de la comunidad de origen es aún más difícil", comenta.

Por lo tanto, es posible que los futuros colonos de Marte desarrollen su propio acento o incluso un nuevo idioma. Sin embargo, para que estos cambios sean permanentes, la colonia tendría que ser lo suficientemente grande como para que los colonizadores se reprodujeran y heredaran su manera de hablar a otras generaciones. La colonización de Marte abre un sinfín de posibilidades, no solo en cuanto a la exploración espacial y la investigación científica, sino también en el ámbito del desarrollo lingüístico.

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