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El 24 de febrero el Parlamento alemán (Bundestag) aprobó la legalización de la posesión y consumo de hasta 50 gramos de cannabis para uso recreativo. La ley entra en vigor el 1 de abril, pero las empresas que comercian con marihuana en todas sus versiones y formatos están buscando 'gurús' para que aconsejen a los clientes y así profesionalizar las ventas y la experiencia.

Para ello, las tiendas alemanas de cannabis y derivados buscan profesionales experimentados sobre el material que guíen de forma personalizada a los compradores según la experiencia que busquen vivir a través de esta sustancia. Los futuros empleados deben ser capaces de identificar los distintos tipos y grados de sabor, olor e intensidad de efectos.

Los especialistas no deben ser solo consumidores habituales, tal y como detalla ABC, sino científicos experimentados con nociones en el cultivo y que dominen a la perfección las distintas variedades de cannabis: el inhalado, comestible, cremas, vapores... Y las diferencias entre ellas.

Una legalización con restricciones

A partir de la entrada en vigor, los mayores de 18 años podrán cultivar en casa un máximo de tres plantas de cannabis para autoconsumo o poseer 50 gramos de flores secas en privado y 25 gramos en público. Además, a partir del mes de julio será legal la creación de 'clubs' que podrán cultivar e intercambiar el cannabis entre ellos para consumo privado.

El consumo en público estará sometido a prohibiciones y seguirá siendo ilegal en un radio de 100 metros de las entradas a centros educativos o instalaciones deportivas. Por otro lado, en las zonas peatonales podrá consumirse cannabis hasta las 19.00.

Propuesta por el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, la ley ha sido objeto de polémica. Obtuvo los votos a favor de los diputados socialdemócratas, verdes, liberales y de la izquierda. Por el contrario, la oposición cristianodemócrata y los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD), votaron en contra.

Lauterbach resumió la ley señalando que "legaliza el autoconsumo", creando una "alternativa" al mercado negro e incrementa las penas para los traficantes que venden a menores. Además, el gobierno prevé campañas para concienciar a los adolescentes del peligro especial que conlleva el consumo mientras el cerebro todavía está en crecimiento.