El logo de la Agencia Tributaria en el cristal de una oficina. | Efe

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Los tiempos de la guerra de Ucrania han acarreado efectos como la inflación, y ante ella los gobiernos europeo, central, autonómicos y locales han articulado todo un amplio catálogo de ayudas para amortiguar la incidencia de los altos precios en las economías familiares. Los ciberdelincuentes, que están al tanto de todo y siempre con los ojos bien abiertos, no podían dejar pasar esta ocasión para tratar de llevar a cabo sus criminales intenciones.

De este modo, los expertos en ciberseguridad de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), que depende del Instituto de Ciberseguridad (INCIBE), han alertado del bombardeo indiscriminado de intentos de fraude online a través del 'gancho' de las ayudas públicas, en este caso las de 200 euros que concede la administración central. En esta situación hablamos de un smishing, ya que el usuario recibe un mensaje de texto o SMS de alguien que dice ser la Agencia Tributaria, pero en verdad no lo es.

En esa comunicación Hacienda supuestamente pide actualizar la información de pago para recibir una ayuda económica de 200 euros que proporciona el Gobierno de Pedro Sánchez. No obstante, ese SMS tan solo tiene un objetivo: robar datos personales y bancarios de personas con buena fe y no las suficientes precauciones en el entorno digital.

El SMS en cuestión remite a una página web con un formulario. Hasta ahora, esos mensajes de texto identificados contienen errores ortográficos y gramaticales en su redacción, lo que hace sospechar del origen del mismo, aunque no es descartable que los delincuentes depuren su práctica en fechas posteriores. El formulario consta de distintos campos: nombre completo, número de teléfono, dirección, código postal, número de tarjeta, fecha de caducidad de la tarjeta, código de seguridad y el PIN de dicha tarjeta.

Toda esa información resulta un suculento botín para los ciberdelincuentes, que han tenido la perspicacia de lograr que cuando se ha mandado la misma remitirnos a la página oficial de la Agencia Tributaria, para así revestir la operación de mayor credibilidad ante los ojos del usuario.

En caso de que hayamos seguido las pautas deberemos contactar lo antes posible con la entidad bancaria para comunicarles lo sucedido, y tal vez proceder al cambio de la contraseña, o en su defecto la anulación de la tarjeta bancaria. También conviene dirigirse a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, para que otros no sufran el mismo mal trago. De este modo, lo mejor es no hacer caso a un mensaje como este, bloquear al remitente y eliminar el SMS de la bandeja de mensajes.