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Es domingo, y se acercan las tres de la tarde. Momento de ir a su cuarto y sentarse en la silla acolchada y con respaldo alto delante de las tres pantallas a las que tiene conectado su ordenador. La jornada de la Kings League, la liga de fútbol 7 amateur creada por el exfutbolista Gerard Piqué y el streamer Ibai Llanos, está apunto de comenzar. En la parte derecha de la pantalla, empieza a aparecer ya un hilo incesante de mensajes. Comienza el trabajo de Unai Biain, un donostiarra de 27 años, licenciado en márketing, extrabajador de la hostelería y, actualmente, uno de los pocos moderadores profesionales de Twitch en España.

"Yo a Ibai le conozco desde mucho antes de ser él famoso", declara Biain, que empezó a ver emisiones en directo a través de Twitch en 2012 y, dos años después, ya moderaba el chat de Llanos. Entonces, la plataforma acababa de aterrizar en España y apenas tenía un puñado de usuarios. Casi el 100% del contenido consistía en el streamer -la persona que emite el vídeo- jugando a un videojuego mientras el resto miraban y comentaban por el chat. En estos años, los contenidos se han ido diversificando y, en muchos casos, consisten simplemente en que el streamer hable de cualquier tema con la gente que participa en el chat.

"Empiezas a ver creadores de contenido y, de forma altruista, pues creas un vínculo y les das una ayuda, ¿no? El streamer como que tiene una confianza contigo y te da esa responsabilidad de controlar el chat y lo haces sin ningún beneficio", explica Biain, conocido en Twitch como Sr_Chocolat. Los moderadores son los responsables de vetar a los usuarios que hagan comentarios inapropiados por ese chat. La casi totalidad de ellos lo hacen sin cobrar nada, pero, desde el boom que vivió la plataforma con la pandemia, los ingresos que perciben algunos streamers por sus directos también se ha disparado. El dinero, sin embargo, sigue sin llegar a sus abnegados e imprescindibles moderadores.

En septiembre de 2022, Ibai Llanos, probablemente, el streamer español más famoso, expresó su visión sobre la situación de los moderadores del chat. "Soy la primera persona en Twitch España o una de las pocas que tiene contratado a sus moderadores, de alguna manera estoy profesionalizando la moderación, ese es mi objetivo". Año y medio después, su primera aseveración sigue siendo tan cierta como entonces: casi ningún streamer paga a sus moderadores.

"El tema de la moderación está todavía muy verde, hay muy poquita gente que vivamos de esto, yo te diría que incluso el 90% lo hace gratis. Se toma como que tú estás en tu hora de entretenimiento, es tu hobby, estás viendo a ese creador de contenido y te pasas por el chat y le echas una mano vetando a gente del chat que se porta mal, por ejemplo", explica Biain, que tras moderar a Ibai altruistamente durante años, empezó a hacer lo mismo con Piqué cuando recaló en Twitch. Desde enero de 2022, es autónomo y empezó a facturar por moderar el streaming de la Kings League.

Ahora, puede decir que este es su trabajo, cobra lo suficiente para vivir, algo que, admite, mucha gente de su entorno no termina de comprender: "Ya de por sí, todo lo de creador de contenido, hacer directos y tal, es algo desconocido, así que cuando les explicas ya que estás ganando dinero por esto, pues sí que es verdad que es difícil de explicar, ¿no?, pero bueno, al final, si yo estoy contento, mi entorno también está feliz".

Automoderación por parte de los usuarios

Twitch se lanzó al mercado en 2011 y, tras un firme crecimiento en número de usuarios año tras año, fue adquirida por Amazon en agosto de 2014 por casi 1.000 millones de dólares. El confinamiento duplicó su audiencia, que llegó a su pico en abril de 2021, con 3,1 millones de usuarios diarios en todo el planeta, aunque los números se han enfriado desde entonces. La mayor parte de su audiencia son hombres jóvenes de entre 18 y 24 años, la llamada Generación Z.

"La característica principal de Twitch y, digamos, lo que lo hace especial es el chat", explica Antonio Cuartero, profesor del departamento de Periodismo de la Universidad de Málaga y coautor, junto al profesor de la misma universidad Juan Francisco Gutiérrez, de varios artículos científicos sobre el tema. "Si no, sería un contenido muy parecido al que vemos en YouTube, pero la capacidad de tener un chat con el que tú puedes comunicarte hace que el contenido que se transmita a través de Twitch resulte mucho más cercano y más gratificante para la audiencia".

Twitch basa su rentabilidad en la publicidad que emite en los directos y las suscripciones, vinculadas con las Prime de Amazon. En función de la audiencia de sus directos y del número de suscriptores que tengan, los streamers reciben un dinero por parte de la plataforma, aunque en el caso de los más populares, como el propio Ibai, AuronPlay o Illojuan, firman contratos con la plataforma que Cuartero define como "oscuros" por los que perciben una cantidad muy superior al del resto de creadores.

La plataforma, por su parte, no modera el contenido de los chats, sino que delega esta responsabilidad en los propios streamers, a los que sí sanciona si aparece contenido inapropiado en los chats de su canal. Esto ha generado que los creadores de contenidos, la mayoría de los cuales obtienen muy poco o ningún beneficio económico por su actividad, tengan que echar mano de amigos, pareja o seguidores que asuman la labor de controlar el chat de forma altruista en un modelo inédito de auto moderación por parte de la propia comunidad de usuarios.

"Para la plataforma es mucho más práctico y barato", explica Cuartero. "Aunque lo ideal sería que lo hiciera Twitch, eso no lo va a hacer en absoluto, sobre todo cuando la plataforma está iniciando una política de recortes y, ahora, acaba de anunciar que va a bajar la cantidad de dinero que se le paga a los streamers".

"Si pudiera, les pagaría"

Cristian, un actor de doblaje y locutor de 33 años conocido en Twitch como Cripysaurus, fue uno de los usuarios que recaló en la plataforma con la pandemia. Empezó a hacer directos jugando al videojuego Pokémon y, poco a poco, fue creando una pequeña comunidad de entre 20 y 40 seguidores que suelen conectarse a diario para verle ya no solo jugar, sino hablar e interactuar con ellos cuatro horas al día, cinco días a la semana. Suele ingresar unos 300 euros mensuales con el canal.

Tiene cinco moderadores, uno es su primo y otro su mejor amigo de la infancia y el resto son usuarios que ha conocido a través de Twitch. "Cuando he estado 14 o 15 horas seguidas alguna vez sí que les he dicho: 'Tomad, gracias por todo'. Y me he gastado 20 euros en cada uno, pero, como moderación, no conozco a nadie que cobre, porque siempre encontrarás a alguien que quiera estar por placer moderando. Si a cualquier chaval le propones ser moderador de Ibai, lo que supone tener un trato cercano, aceptaría hacerlo gratis", explica el streamer. "Yo, si el día de mañana puedo dar dinero porque me están ayudando, me gustaría poder pagarles algo, pero ahora mismo no puedo".

River, un estudiante universitario malagueño de 20 años que prefiere ser identificado solo con su nombre de usuario de la plataforma, es uno de esos moderadores altruistas que mantienen a flote el sistema de Twitch. Antes de recalar en esta plataforma, seguía a varios youtubers -creadores de contenido en YouTube- que subían videos jugando a Brawl Stars, que en 2020 se pasaron masivamente a Twitch.

Él fue de los primeros en seguir en la nueva plataforma a creadores como Trebor, que actualmente tienen unos 3.000 espectadores en cada directo. En esa época se fue ganando su confianza y le nombró moderador. "A mi me hacía mucha ilusión porque tenía como 800 personas y yo era el moderador y era como: 'Bua, me siento importante'". Actualmente modera una o dos horas para este streamer y luego se abre cuatro o cinco pestañas de la treintena de cuentas que modera y va controlando que nada en los chats se salga de madre. "Alguien con menos experiencia igual se liaría, pero con la práctica puedes hacerlo".

La mayoría de sus cuentas, apenas atraen a unos pocos espectadores, pero las cinco más importantes sí llegan a cuatro cifras y sus streamers ingresan varios cientos de euros al mes. Él, sin embargo, no ve un euro, algo que lleva con abnegación. "A mi me compensa porque me gusta ayudar y, de todas formas, iba a estar viéndolo a ese streamer y me llevo bien con él", explica Rivers que, con todo, sí considera que se debería pagar a los moderadores «aunque fuera muy poco, un pequeño incentivo», algo que él nunca ha experimentado, al menos, en forma de dinero contante y sonante. "Solo me han pagado mediante skins del juego, aspectos del personaje que cuestan cinco o seis euros y solo han sido dos streamers".

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