Recurso de persona en una videollamada con varias personas | UNSPLASH/CC/SURFACE

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Una videoconferencia entre distintos ejecutivos de una multinacional y un empleado ha resultado ser el marco de una estafa basada en manipulación multimedia con inteligencia artificial, conocida como 'deepfake', que se ha saldado con la pérdida de unos 200 millones de dólares de Hong Kong (unos 24 millones de euros) tras descubrirse que el trabajador era la única persona real en ese encuentro digital.

Una estafa ha logrado robar cerca de 24 millones de euros a la filial de Hong Kong de una multinacional británica, de la que no ha trascendido el nombre, con una técnica basada en el 'deepfake' pero con una modalidad que hasta ahora no se había visto: la suplantación de varias personas al mismo tiempo en una misma videoconferencia.

El 'deepfake' es una manipulación profunda de contenidos audiovisuales (imágenes, vídeos, audios) con herramientas de inteligencia artificial avanzadas que destacan por el realismo de sus resultados. En este caso, los cibercriminales la usaron para suplantar la imagen del director de finanzas y de otros ejecutivos de la filial.

Estos contactaron con un empleado para ordenarle que hiciera una transferencia. Aunque inicialmente tuvo sus dudas, el empleado acabó accediendo a la petición después de ser invitado a una videoconferencia donde supuestamente participaron los ejecutivos, a quienes la víctima reconoció tanto por la apariencia como por la voz, como informan en South China Morning Post.

El empleado tardó una semana en darse cuenta de que se trataba de una estafa, después de preguntar por ello en la sede de la compañía. En este tiempo, los ciberestafadores mantuvieron el contacto a través de mensajería.

Fue esta persona, también, quien denunció a la Policía lo ocurrido, que ha podido confirmar que se trata de una estafa basada en 'deepfake', pero con la particularidad de que suplanta a varias personas al mismo tiempo, y no a una, en el encuentro digital.

Según ha explicado la Policía, los ciberdelincuentes pidieron al empleado que se identificara, aunque ellos se ciñeron a leer un guión y a dar órdenes. Esta aproximación se habría intentado con al menos otros dos empleados, aunque no ha trascendido mucho más de este incidente, que se sigue investigando.

El inspecto sénior Tyler Chan Chi-wing ha aconsejado que ante una situación similar, se solicite al interlocutor que mueva la cabeza o que responda a determinadas preguntas que puedan probar su autenticidad. Y sospechar si se solicita dinero.