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Mucho se ha comentado en esta sección que la inversión en bolsa, basándose en la estacionalidad, carece de sentido. Posiblemente, estadísticamente sea un periodo tradicionalmente “menos bueno” que otros pero no es negativo y se han visto veranos muy buenos. Precisamente, el de 2021 ha sido uno de ellos.

El IBEX español ha sido una las excepciones: sin dar pérdidas, únicamente se ha revalorizado un 0,29% en estos dos meses, muy por debajo de sus homólogos europeos y americanos.

Esta ligera subida ha estado marcada por incrementos espectaculares de cinco acciones de sectores muy distintos que han conseguido más de un 10%: la tecnológica Indra (+18,71%); Bankinter (+17,08%); la socimi Merlin Properties (+13,16%), la arcelera Acerinox (+13,11%) y la de energías renovables Solaria (+10,24%).

En el lado opuesto, también hay dos compañías que han perdido más del 10%: la tecnológica-turística Amadeus (-12,81%) y, curiosamente, otra de energías renovables como Siemens Gamesa (-10,83%).

Como se ha comentado antes, las subidas en el resto de Europa han sido más significativas, especialmente el MIB italiano, el EuroStoxx y el CAC francés con revalorizaciones que han sido del 3,61%; 3,25% y 2,65%, respectivamente. Tampoco han sido pequeños los incrementos del DAX alemán (+1,96%) y del FTSE británico (+1,17%).

Aun siendo muy buenas las rentabilidades del Viejo Continente, en Wall Street el verano ha sido extraordinario con el S&P y el tecnológico Nasdaq marcando máximos históricos gracias a subidas del 5,16% y del 5,21%, respectivamente.

Estas revalorizaciones en tecnología se han dado a pesar de la inflación, uno de los temas más de actualidad en los mercados. Puede resultar curioso ver como estos días se están confirmando tasas de precios elevados y muchos valores tecnológicos (y el Nasdaq) han acabado el verano en máximos históricos.

Otro de los temas del momento y que se analizó en esta sección la semana pasada, la intervención del gobierno chino sobre algunos sectores estratégicos, ha lastrado en el periodo julio-agosto a los principales índices asiáticos, incluso a los más tecnológicos; con la única excepción del Sensex indio que ha conseguido revalorizarse un 9,66%.

Realmente las bolsas asiáticas, con la excepción comentada y la del Kospi coreano (que no se ha salvado en esta ocasión cayendo un 2,94%) ya estaban a la cola de las mejores rentabilidades mundiales. Ahora hay que añadir las caídas del 2,44% del Nikkei japonés o especialmente la del Hang Seng (índice de empresas chinas cotizadas en Hong Kong) que ha perdido un 10,23% en este periodo.

Sin duda, este verano ha sido una prueba más que los principios básicos de inversión funcionan: no fiarse de frases hechas como “en agosto la bolsa siempre cae” y la necesidad de diversificar invirtiendo en calidad de distintos sectores o zonas para obtener rentabilidad reduciendo el riesgo.

Estos criterios se deberán mantener en el futuro, especialmente en esta última parte del año. La inflación, la posible retirada de estímulos monetarios, los problemas de China, además de las incógnitas en cuanto a las materias primas, está previsto que protagonicen las noticias financieras.