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La pandemia ha golpeado a toda la sociedad española, pero se ha cebado con los más débiles y la pobreza ha crecido en quienes ya partían de una situación peor: once millones de personas están en situación de exclusión social según las conclusiones del informe ‘Evolución de la cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España’ elaborado por la Fundación FOESSA y presentado por Cáritas para alertar de que la cohesión social en España ha sufrido un shock sin precedentes a raíz del coronavirus.

En este escenario tan complicado, son más necesarias que nunca personas comprometidas dispuestas a ayudar a los más desfavorecidos y adquieren más valor las acciones solidarias y altruistas. En esta línea, destacar los resultados muy positivos de las últimas campañas del colegio Agora Portals organizadas con el Rotary Club Palma Almudaina. A mediados de enero se entregaron a Cáritas Mallorca centenares de juguetes, donados por los alumnos y sus familias, que serán revisados, limpiados y, si es necesario, reparados, en el taller de juguetes que Cáritas tiene en la barriada de Verge de Lluc y que, en una acción social muy loable, da trabajo a personas sin recursos que darán una nueva vida a esos juguetes para poder hacer felices a otros niños con menos posibilidades.
Igualmente, muy positiva también la campaña de recogida de alimentos en favor de Mallorca Sense Fam, entidad que nació en 2009 con el objetivo y la voluntad de sensibilizar a la sociedad mallorquina frente al grave problema de la pobreza. Esta entidad está liderada por Juan Martorell, magnífica persona que con su equipo de voluntarios realiza una labor extraordinaria y que a lo largo del año 2021 pudieron entregar más de 500 toneladas de productos frescos, envasados y de limpieza e higiene, ayudando a más de diez mil familias que representan a unas 23.500 personas que no tienen lo suficiente para adquirir alimentos y productos básicos.

En esta misma línea de trabajo por la cohesión social, otra persona extraordinaria que también me gustaría mencionar es Guillem Cladera, director de la Fundación Natzaret, entidad que promueve la educación integral de niños y jóvenes procedentes de entornos con graves carencias familiares y sociales con el fin de mejorar sus situaciones personales presentes y futuras y que, gracias al liderazgo, buen hacer y espíritu de entrega de Guillem, realiza una labor importantísima y muy necesaria de acompañamiento a todas esas personas en situación de riesgo y exclusión que reciben su ayuda.

Dice la oración de San Francisco de Asís, «Oh Maestro, que no busque yo tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado»; personas como Juan Martorell y Guillem Cladera y entidades como Mallorca Sense Fam, Fundación Natzaret, Cáritas y los Clubs Rotarios, son algunos de los ejemplos que en estos tiempos difíciles han comprendido perfectamente el significado de esas bellas palabras de San Francisco y trabajan con ahínco día a día para mejorar la situación de tantas personas vulnerables y por minimizar ese gran impacto de la pandemia en la cohesión social, se merecen nuestra admiración y son un gran ejemplo a seguir.